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10 hábitos saludables para niños

10 hábitos saludables para niños

Nuestros hijos reciben de nosotras mucho más que nuestros genes y los hábitos son un claro ejemplo, tanto los buenos como los malos. Si empezamos a inculcarles buenos hábitos desde que nacen, definitivamente nos ahorraremos muchísimo estrés y trabajo extra. Sin embargo, la batalla no está perdida si comenzamos algo más tarde. Si este es el caso, debemos tener en cuenta que se necesita tiempo y paciencia, ya que el cambio de hábitos no se da de la noche a la mañana. Si nosotras mismas nos ceñimos a un estilo de vida saludable, demos por hecho que nuestros hijos tarde o temprano nos imitarán. Cuidar de su salud y enseñarles a seguir algunos hábitos saludables es esencial para criar niños fuertes y sanos. Así que aquí te dejamos algunos consejitos.

1. Cinco o más colores cada día

Todos los colores vivos de las frutas y las verduras tienen efectos súper saludables en nuestro cuerpo. Cada color tiene un efecto distinto, por lo que es muy recomendable comer una variedad de colores diferentes cada día. Si podemos ofrecerles la oportunidad de cultivar ellos mismos los alimentos que van a comer, ¡aumentaremos aun más las posibilidades de que los prueben!. Por eso, cultivar hierbas y verduras en casa es tan divertido además de que les enseña de dónde proceden los alimentos. ¡No te imaginas lo bien que les saben si los han recolectado ellos mismos!.

2. Beber mucha agua

Intenta que el agua sea la bebida que eligen a la hora de la comida, y guarda los zumos (¡siempre, siempre, siempre naturales!) para contadas ocasiones, no para cada día. A pesar de que los zumos tienen nutrientes valiosos y les proporcionan un chute de energía para permanecer activos, todos los niños deberían optar por beber agua siempre que tengan sed. Adelántate a los imprevistos, y lleva siempre contigo un par de botellas de agua para que la sed no os pille de sorpresa. Explícales por qué el cuerpo necesita agua para crecer, jugar y aprender, ¡te sorprenderá lo rápido que absorben la información!

3. Escuchar al estómago

A pesar de que los niños nacen con la capacidad de parar de comer cuando están llenos, siempre nos preocupa si nuestros pequeños han comido lo suficiente o los alimentos correctos, anulando con frecuencia este mecanismo regulador innato en ellos. Enséñales a escuchar a su estómago y a preguntarse: “¿Estoy lleno?”. El objetivo es enseñarles a ser conscientes de las muchas señales que reciben para querer comer, incluso cuando no tienen hambre. El hecho de que estén en el cine o pasen por delante de un puesto de comida en el centro comercial, ¿les hace tener hambre? ¿realmente la tienen? Dales la oportunidad de desarrollar y mantener su capacidad de sentirse ”llenos” dejándolos decidir cuándo parar de comer.

4. Comer despacio

Comer despacio es una buena forma de enseñarle a los niños que el estómago necesita un tiempo para mandar el mensaje al cerebro de que está lleno. Muchas serán las veces que queramos que coman rápido sin tardarse horas, pero es mucho más importante que aprendan a ir más despacio y a masticar su comida. A su vez, lo mejor es sentarnos todos a comer en familia, pero si no es posible, intenta convertir en un hábito el sentarte a la mesa con ellos. Hablarles mientras comen convierte este momento en una actividad agradable y social. Además, es difícil hablar con la boca llena, ¡por lo que se verán motivados a comer más lentamente!

5. Sentarse a la mesa a comer 

En un día hay tiempo para trabajar, para jugar, para descansar y para comer. Sin embargo, a menudo ese tiempo para comer se pierde sin darnos cuenta: cenamos viendo la tele, engullimos la comida en nuestro puesto de trabajo y vamos tirando de snacks (la mayoría de las veces, poco saludables) para ir matando el gusanillo. Enseña a tus hijos a concentrarse en la comida cuando sea la hora de comer. Esto conlleva comer a determinadas horas y sentarse para comer sin distracciones, como mencionábamos en el punto anterior. No solo reduce el tener que recurrir a los snacks sino que también les enseña habilidades sociales, como modales en la mesa, cómo usar los cubiertos o esperar turno para hablar.

6. Snacks saludables 

¿Cuántas veces has visto a tu hijo mirar en la nevera y decirte que no hay nada para comer, a pesar de estar llena de comida? Hoy en día, estamos tan acostumbrados a tener a mano patatas fritas o galletas de chocolate cuando queremos picar algo, que eso es lo único que vemos en nuestra cocina. Pero este tipo de snacks tienden a ser bajos en nutrientes y altos en calorías. Por eso, lo mejor es llenar la despensa de fruta, palomitas, frutos secos o yogurt natural. 

7. Mantenerse activos

El ejercicio regular, tanto si es un deporte organizado como juego libre, es un hábito de vital importancia para inculcarle a nuestros hijos. Los mantiene en forma, construye huesos fuertes, tonifica los músculos, quema energía y les ayuda a mantener un peso saludable. La tele, los ordenadores, los videojuegos y las horas que pasan haciendo deberes conspiran para tener a nuestros hijos sentados, en vez de jugando. En esta sociedad sedentaria en la que vivimos, es más importante que nunca inculcar a los más pequeños el hábito de moverse. Aquí tienes varias ideas: salir en bicicleta juntos, ir caminando al colegio o a comprar, limitar las horas de televisión y ordenador, o salir a patinar, a nadar, o al parque a jugar.

8. Cepillarse los dientes

Mientras más mayores, más difícil será que se acostumbren a mantener una rutina de limpieza bucal, así que debemos asegurarnos de que desde bien pequeñitos, se cepillan los dientes tres veces al día para evitar caries y otras enfermedades bucales.

9. Dormir lo suficiente

Aunque quizás es demasiado difícil que entiendan los beneficios de dormir lo suficiente, puedes explicarles cómo el hecho de dormir les recarga de energía y ayuda a que su cuerpo y cerebro descansen. Los niños con edades comprendidas entre los 5 y 12 años, requieren de unas 10 u 11 horas de sueño por la noche para mantenerse sanos y descansados. Es importante que mantengan siempre el mismo horario para irse a la cama, pues un patrón de sueño regular les ayudará a estar más atentos en clase, a estar de mejor humor durante el día y a fortalecer su inmunidad.

10. Mentalidad positiva

Para los niños es fácil desanimarse cuando las cosas no van como ellos quisieran. Ayúdales a aprender cómo adaptarse a cualquier situación de forma positiva cuando experimenten contratiempos enseñándoles la importancia de mantenerse positivos. Los niños también pueden beneficiarse del pensamiento positivo y de las buenas relaciones. Ayúdales a desarrollar una autoestima saludable y una mentalidad positiva enseñándoles que son encantadores, capaces y únicos, sin importar los desafíos con los que se enfrenten.

Y recordemos: las acciones hablan más que las palabras, por lo que es sumamente importante practicar con el ejemplo, el método más efectivo a la hora de enseñar.

 

Por Davinia Velasco

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