5 consejos para la maternidad consciente

El día de hoy quiero compartir contigo 5 reflexiones que he aprendido en mis últimos 14 años de maternidad:

1. Ve quien es tu hijo, hija, hije, y no quien te gustaría que fuera y acéptalo por lo que es.
2. Todos tienen algo que decir sobre cómo estás educando a tu hijo. O porque tuvieron una misma situación familiar o por el motivo que sea. Y muchas veces te proyectan sus propios miedos o historia. ¿Porqué tendría que repetirse la historia de algo que paso en otro entorno hace 20 o 40 años? “Es que si no haces esto, puede pasar esto otro”. Cuando nos pase algo así, con respeto no tomemos esos consejos o solo toma lo que te contribuya; ojo, también hay que tener cuidado de como muchas veces somos nosotros quienes proyectamos nuestros miedos o repetimos nuestra propia historia con nuestros hijos.
3. Un principio básico guía para nuestros hijos, hijes, hijas es: no te hagas daño a ti, no hagas daño al otro, de ninguna forma; una vez comprendido eso, qué tal sería darles un voto de confianza y cuando algo no está funcionando crear una nueva realidad, elegir diferente, crear la familia que a ti te funciona. Cada 10 segundos, podemos elegir diferente.
4. En todos los momentos de la vida, nuestros hijos nos observan en todo momento, podemos pretender ser alguien, pero ellos ven nuestras acciones, por eso trabaja en regular tus emociones, en tu desarrollo personal y sé congruente entre lo que dices y haces.
5. Escucha activamente a tus hijos. Respira naturalmente por dos ciclos, para permitir a nuestro cerebro cambiar de una actividad a otra.

Aleja cualquier distractor. No se vale televisión, radio, teléfonos ni computadoras; tampoco se puede estar haciendo otra cosa.

       Mira a los ojos a tu hijo o hija. Escucha cuidadosamente lo que te dice. Cuando haga una pausa, repite en otras palabras lo que te dijo, podemos empezar diciendo “lo que me quisiste decir es que…”. Haz preguntas que aclaren lo que habló.  Cuando termine de hablar, resiste el impulso de dar tu opinión, puedes en lugar de eso, hacer un pequeño resumen de lo que te dijo. Si ésta de acuerdo y se siente comprendido, pueden suceder dos cosas. Si lo que necesitaba era simplemente compartir algo, él terminará la charla y se irá. Si necesita una solución, se quedará. Podemos entonces preguntarle cómo se siente, qué opina o qué ha pensado hacer. Este es el momento más importante, puesto que le estamos ayudando a alcanzar una solución por si mismo o si lo pide darle un consejo sabio.