En un desierto en India había un monje llevaba caminando días, semanas enteras. De pronto vio una moneda de oro en la tierra. Se hincó la recogió, la puso entre sus manos con las palmas de las manos abieras y giro su cabeza al cielo, profundamente agradecido. En otro desierto en Egipto, otro monje caminaba y encontró una moneda de oro en la tierra, la tomo, la guardo en su bolso y siguió caminando. Al monje que caminaba en el desierto de India, con las manos abiertas, le empezaron a caer una dos y cientos de monedas de oro del cielo.
La gratitud es solo uno de los principios para vivir una vida cálida y próspera, pero hay otros que también hoy te quiero compartir.
Recuerda:
- Cuando más mal te vaya, da al otro aunque sea una moneda de un peso, no hay que esconderse de aquel que pide, siempre le puedes ofrecer una sonrisa.
- Dona el 10% de tus ganancias a alguien que lo necesite, esto se conoce en las tradiciones yóguicas como Dakshina.
- El arte de dar. La autora Sharon Salzberg dice: al dar, purificamos la mente que desea y nos abrimos hacia una actitud de ofrecer; la generosidad no necesariamente es dar algo material, puede ser cuidar a alguien, dar protección, gentileza y amor.”
- Nos convertimos en eso en donde está nuestra atención. Nuestros pensamientos, ¿son de apertura o de carencia?
- Como dice Tenzin Wangyal Rinpoche, antes de que tus pies toquen el piso piensa en al menos una cosa que tienes que agradecer.
- Recibe. Cuando alguien nos da algo, merece nuestra total presencia y hay que recibir, sentir en cada célula eso que se nos está dando.
- Reduce el gasto impulsivo. Pregúntate: ¿realmente necesito esto que voy a comprar?
- Si no has usado algo por más de un año, dónalo. Comprométete a que cada vez que entre algo a tu armario, salga algo que puedas donar o regalar si está en buenas condiciones.
“La conciencia de la prosperidad es un estado de armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu y cuando vivimos cálidamente, independientemente de nuestras circunstancias, confiando en que el universo cuidará de nuestras necesidades, somos realmente ricos.”
Yogi Bhajan
Meditación para la abundancia.
Siéntate con las piernas cruzadas y la espalda recta. Si no puedes sentarte con las piernas cruzadas siéntate sobre una silla. Junta la parte interna de las palmas de las manos y permite que estén hacia arriba como si estuviéramos recibiendo algo del cielo y llévalas a la altura del centro del corazón. Cierra los ojos. Empieza a respirar largo y profundo. Recibe las bendiciones del universo y agradece lo que ya tienes.