¿Hace cuánto tiempo fue la última vez que estuviste en contacto con la naturaleza? Quizás tengas la oportunidad de vivir fuera de la ciudad o de salir de la misma. Sin embargo, estar en contacto con la naturaleza es de las experiencias más enriquecedoras para los sentidos, el cuerpo y el espíritu.
Uno de los mayores beneficios que nos puede aportar estar en contacto con la naturaleza, es el recordar que somos parte de la misma y que estamos interrelacionados con ella. Cada vez que comemos una fruta, estamos de alguna manera comiendo los nutrientes de la tierra, la lluvia y la luz del sol. Cuando nos armonizamos con los ritmos de la naturaleza, nos encontramos en equilibrio y nos sentimos bien. Si nos alejamos de ella y no observamos que nos saca de nuestro equilibrio y que nos regresa a él, posiblemente nos sentimos desequilibrados.
Ir a un bosque o a un parque pueden ser alternativas para que puedas hacer contacto con la naturaleza y equilibrarte. Es una forma muy interesante para que acerques a tus familiares y amigos a una experiencia totalmente diferente que los hará sentir felices y les dará vitalidad y energía.
Actividades para contactar con la naturaleza
Una vez que hayas llegado al lugar que hayas seleccionado, sea un bosque, un parque o un jardín, puedes realizar las siguientes actividades:
Haz una caminata con los pies descalzos
No hay mejor forma de conectar con la energía de la tierra que sentirla con los pies descalzos. Pasamos mucho tiempo sentados sobre una silla o sobre una vehículo y en la vida actual poco tiempo tenemos de sentir la tierra. Ya lo decía Carl Jung: ¿Cuándo caminas con los pies descalzos, cómo olvidar la tierra?” Huele la tierra, camina despacio y con precaución, pero siente las piedras en tus pies y las hojas que te puedas encontrar en el camino.
Recuéstate sobre la tierra y observa
Otra de las experiencias que en ocasiones olvidamos, es la de observar el efecto que tienen los objetos sobre nosotros. Aprovecha la ocasión y recuéstate sobre tu espalda. Siente la sensación de la tierra y deja que todo el cuerpo caiga pesado sobre la misma. Siente el soporte que te da la tierra y fíjate el efecto que tiene sobre ti observar el movimiento de las hojas, de los árboles, o el de las nubes. Será profundamente relajante. Observa qué tan rápido se mueve tu mente o te mueves tú en la vida cotidiana, en comparación con el movimiento sutil de los árboles y de las nubes.
Abraza un árbol
En India a muchos árboles se les ponen altares. Son objetos de devoción, porque se dice que tienen miles y miles de años viviendo y viendo pasar el tiempo, recibiendo la energía de la tierra, el sol, el agua y del cielo. Por eso es que en India se acostumbra abrazar a los árboles para recibir la sabiduría de los mismos. Experimenta y abraza a un árbol, cierra los ojos y solamente recibe y percibe las sensaciones que te produce el hacer este ejercicio.
Haz un picnic saludable
Al preparar los alimentos que llevarás para comer, hazte el propósito de no llevar ningún alimento que empaquetado o enlatado. Opta por las frutas, ensaladas de verduras frescas, emparedados con pan fresco e integral y jugos naturales. Cuando comas, hazlo de forma consciente y lenta. Observa el sabor de los alimentos y el efecto que tienen sobre tu cuerpo y mente.
Medita en grupo con los elementos de la naturaleza
Hagan un círculo y si es posible una fogata. Cierren los ojos un momento y que alguien lea la siguiente meditación para guiar al grupo. Es importante leer las instrucciones en voz alta y pausada, haciendo una pausa entre cada instrucción.
Cierro mis ojos. Enderezo mi columna vertebral. Permito que el peso del cuerpo caiga pesado sobre la tierra. Proyecto la coronilla hacia el cielo. Escucho los sonidos, cualquier sonido que haya en el ambiente sin juzgarlo. Escucho los sonidos cercanos y los más lejanos. Conecto con el espacio que es el lugar en donde todas las cosas suceden.
Ahora siento la sensación del aire que toca la piel de mi cara y de mis manos y de mis brazos. Observo también el aire que entra y sale por las fosas nasales; la temperatura del aire cuando entra por las fosas nasales y la temperatura cuando sale el aire. Conecto con el elemento aire y escucho también su sonido a través del sentido del oído.
(Si hay una fogata) Escucho el sonido del fuego que truena y lo observo al menos 3 minutos. De otro modo imagino el sonido del fuego, mantengo mis ojos cerrados y percibo la luz que pasa a través de mis ojos cerrados.
Es momento de conectar con el elemento del agua. El agua que puedo escuchar, que puedo sentir en mi piel, que puedo ver y que puedo degustar. Si tengo agua la bebo y sino trago saliva y conecto con la sensación del agua.
Por último conectamos con la energía nutritiva de la tierra. Quizás la he escuchado cuando tiembla, pero lo que es un hecho es que puedo sentirla a través del sentido del tacto. Me doy la oportunidad de tomar un poco de tierra y sentir su textura. La observo y recuerdo su sabor cuando seguramente alguna vez la probé cuando era niño. Por último la huelo y si la tierra no está mojada, recuerdo su olor.
Realizo dos posturas de yoga que se asemejan a la naturaleza
Postura del árbol
Empieza parado con los pies juntos. Las puntas de los pies se tocan y los talones están ligeramente separados. Dobla ligeramente las rodillas y distribuye el peso de mi cuerpo por igual en los dos pies. Estira las rodillas. Tus pies empujan el piso para alargar más la columna vertebral. Con mucha calma apoya el pie izquierdo sobre la parte interna del muslo. Junta las palmas de las manos y luego apóyalas en el esternón. Si te es posible y tienes equilibrio estira los brazos hacia arriba de la cabeza tratando de mantener los codos estirados. Toma de 5 a 10 respiraciones y sal de la postura lentamente.
Postura de la montaña
De pie, con las piernas abiertas a lo ancho de la cadera. Los pies miran al frente. Coloca los brazos al costado del cuerpo y estira bien los brazos y los dedos. Distribuye el peso del cuerpo en todas las partes del pie. Costado del pie. Parte interna del pie. Metatarsos. Talones. Estira bien las rodillas. Relaja los hombros. Al hacer esta postura trabajarás en estirar las piernas y alargar la columna vertebral. Permanece 5 respiraciones profundas en la postura y descansa. No abras los pies hacia fuera, déjalos viendo al frente.
Actividades complementarias para realizar en casa
- Tener una planta en casa.
- Sembrar una flor o una planta.
- Sentarte a contemplar el movimiento de los árboles.