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El arte de estar presentes: mantra, mente y meditación

Desde hace cientos de años culturas ancestrales como la de India o China, han desarrollado diferentes técnicas para que el practicante aprenda el arte de la contemplación y a calmar su mente: desde sentarse en silencio a observar la respiración y las sensaciones corporales, como lo propone la meditación Vipassana; hasta repetir un determinado mantra como lo sugieren las tradiciones budistas o del norte de India.

Existen técnicas de meditación que con la práctica te enseñarán a mantener una mente ecuánime y tranquila. Hay técnicas ancestrales como las que propone la cultura tibetana (Bon Budismo, Budismo tibetano), otras que se practican en silencio como la meditación Zen y otras en donde se practica la repetición de mantras como en la meditación que propone el kundalini yoga. Hay otras técnicas más contemporáneas como la meditación trascendental o las meditaciones de Osho.

Pero, ¿por qué o para qué aprender a meditar?

Seguramente alguna vez te ha sucedido que tu mente se encuentra obsesivamente enfocada en un solo pensamiento. Quizás por el temor que te genera alguna junta de trabajo o por algún acontecimiento que está por suceder. En otras ocasiones puede ser que sean las múltiples tareas que tienes que hacer o proyectos que realizar. Pensar en el futuro o pensar en el pasado puede ocupar parte de nuestro tiempo y mantenerte cada vez más alejado del momento presente, lo cual puede ser la fuente del estrés en tu vida.

Hace poco iba en la carretera con una amiga cercana quien miraba de frente el camino, ella iba nerviosa pensando si yo iría manejando bien o no, y no veía el hermoso paisaje rodeado de árboles, montañas y el cielo azul de aquella tarde. ¿Ya viste el paisaje, le pregunté? Ya lo he visto muchas veces, contestó. Baje la velocidad a la que venía manejando, apagué el aire acondicionado y abrí las ventanas y le dije, vuelve a disfrutar del paisaje como si fuera la primera vez que lo ves, huele el olor a tierra mojada, siente la brisa del aire.

En ocasiones estamos tan enfocados en nuestros pensamientos, en nuestros problemas, en las cosas que nos pasaron en el pasado o en el futuro incierto, y en ese andar nos olvidamos de estar presentes en el momento tal y como es.

Meditar tiene que ver con el arte de contemplar lo que es. Sin juicios, sin etiquetas. El verdadero sentido de la meditación lo recordé hace muy poco, hace un par de meses en el que tuve la fortuna de ser mamá. Al observar a mi bebé, pude comprender que ellos están en el estado de la no-mente. Descansando sobre la hamaca en medio de la ciudad, pude observar como él estaba totalmente presente con el ruido de una patrulla, de un claxon o de los pájaros que cantaban, en un estado de contemplación natural.

Mucho se ha escuchado que la meditación es poner la mente en blanco, lo cuál es prácticamente imposible. Sin embargo, en el estado de contemplación, cuando somos capaces de percibir el momento tal y como es, es cuando la mente finalmente se detiene y estamos en un estado de presencia tal y como es.

Estar en presencia total escuchando lo que nos dice un amigo sin emitir juicios o estar pensando en qué le vamos a contestar; oler y saborear nuestros alimentos; sentir la sensación del aire que toca nuestro piel; escuchar los sonidos, cualquiera de ellos, sin juzgarlos; sentir el peso de nuestro cuerpo en relación a la gravedad; o el movimiento de nuestra respiración cada vez que inhalo y cada vez que exhalo son todos ejercicios que podemos practicar para aprender el arte de estar presentes.

Los mantras

La repetición de una sílaba o una frase durante un determinado tiempo, genera una cierta vibración a nivel sutil que afecta nuestra psique y además al repetir una palabra como por ejemplo “Sat Nam” que significa “verdadera identidad”, sucede una presión en ciertos puntos del paladar, que tienen un efecto sobre la glándula pineal o pituitaria y por ende sobre nuestra mente.

En la práctica de la meditación, exploramos los modos en los que nos relacionamos con nuestras propias experiencias y lo que nos motiva al cambio. Nuestros esfuerzos durante la meditación están dirigidos a abrirnos, a conocer lo que sentimos, a permanecer despiertos al sufrimiento y a la alegría. Esta es la meditación como un modo de vida, un camino para recapturar nuestras vidas, y así poder regocijarnos en la integridad, alegría y paz que provienen de entender que somos.

A continuación te comparto dos meditaciones provenientes del Yoga Kundalini del Norte de India.

Meditación para principiantes Sat Nam

  1. Siéntate sobre una silla o si te es posible, sobre un tapete con la espalda recta.
  2. Junta las palmas de las manos de tal modo que los dedos apunten hacia arriba y apoya con suavidad los dedos pulgares sobre el esternón.
  3. Cierra tus ojos y respira profundo por unos minutos. Permite que con la inhalación el aire expanda tus costillas y con la exhalación las mismas se contraigan.
  4. Ahora inhala y canta el sonido Saaaaaaat Nam. Observa como el sonido sube desde tu coxis hasta la coronilla cuando repites Sat (en 7 segundos) y cuando repites Nam, como el sonido baja de la cabeza hacia el coxis. Permanece repitiendo el mantra por 5 minutos y después medita en silencio. Puedes practicar está respiración durante 40 días para experimentar todos sus beneficios.

Meditación para calmar el corazón (ideal para principiantes)

  1. Siéntate con la espalda recta. Cierra los ojos o mira hacia delante con los ojos entreabiertos.
  2. Pon la mano izquierda plana a la altura del corazón. Los dedos de las manos están paralelos al piso y viendo hacia la derecha.
  3. Pon la mano derecha a 90 grados (perpendicular al piso) de tal modo que el dedo índice y el pulgar se toquen. EL resto de los dedos están rectos.
  4. Pon tu atención en el flujo de cada inhalación y cada respiración. Respira a través de la nariz. Cuando inhales reten un momento la respiración y después de exhalar lento y suave, quédate sin aire el tiempo que te sea posible antes de volver a inhalar.

Continua por tres minutos y descansa.

 

Beneficios de la meditación

Regula la presión arterial

Equilibra las cargas eléctricas del cerebro

Relaja y disminuye el proceso mental

Desarrolla la capacidad de atención y concentración

Ayuda a sentir emociones sin dramatizarlas y sin reprimirlas

Brinda flexibilidad antes las circunstancias de la vida

Proporciona claridad y energía

“Una mente en meditación es silenciosa. Este silencio no puede concebirse con el pensamiento; no es el silencio de una noche callada; es el silencio que nace cuando el pensamiento, con todas sus imágenes, palabras y percepciones, ha cesado por completo. La mente en meditación actúa sólo a partir de este silencio”. J. Krishnamurti.

Para saber que meditación escoger, lo ideal es que pruebe varias técnicas y observes cual es con la que se sientes más a gusto.

 

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