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Aunque quieras volar, necesitas las raíces en la Tierra

El elemento natural Tierra está presente en nuestro entorno, lo observamos y vivimos todos los días. Son nuestras casas, lo son las ciudades, también las montañas y el piso que estás pisando todos los días. En las noches nos volvemos y desaparecemos en esas estructuras firmes, desaparecemos de las calles, toda la vida se apacigua, calla, dejando las calles vacías. Si alguien lo observara desde fuera diría que nos disolvemos en las estructuras del elemento Tierra. Por otro lado, el elemento Tierra también vemos en el tráfico, en las filas en el banco, en cada lugar donde las cosas se atoran, dónde la vida no progresa.

Pero la Tierra, con sus características de estabilidad, firmeza, seguridad, también está en nuestro cuerpo: todo el cuerpo es el sostén para sus funciones y para la vida – ¡cuídalo!… cuida su estabilidad y su estructura porque no querrás perder su estabilidad – lo saben todos los que cayeron enfermos por largos ratos.

La Tierra también es parte de nuestro sistema de emociones: cuando tienes seguridad, te sientes arraigado y fuerte, eres estable – la gente te busca porque te reconoce como “una roca”, todos buscamos en nuestra vida esa estabilidad y cuando nos sentimos frágiles se vale apoyar en alguien más que proyecta esa seguridad en sí mismo. Por otro lado, cuando carecemos de este elemento vital, nos volvemos inestables emocionalmente, cambiamos de opinión con facilidad, no terminamos lo que comenzamos – eso no perfila nada bien. Y cuando tenemos demasiada Tierra, nos volvemos pesados, necios, no queremos movernos del lugar donde estamos, nada puede hacernos cambiar de opinión (ni nosotros mismos) – una situación del todo negativa.

También la mente, su visión y creencias tiene su elemento Tierra, puede carecer o tenerlo en demasía.

En fin, es importante que nuestra base, la estructura, nuestras emociones y la mente sean estables, porque son fundamento para toda la vida. Hay muchas maneras de desarrollarla pero todas requieren de práctica, por ejemplo de la meditación o del yoga.

Afortunadamente no es nada difícil encontrar la Tierra en ti.

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