Cocinar para el espíritu

Un viejo proverbio dice: “Somos lo que comemos”. Para la mayoría de las personas esto significa que estamos hechos de vitaminas, minerales, carbohidratos, grasas y proteínas o sea, los elementos con los que nuestro cuerpo “fabrica” las células, los huesos, los músculos y los órganos de nuestro cuerpo. Pero para los que hacemos yoga, esa frase debiera significar algo más sutil y poderoso. Sabemos que el yoga y el Ayurveda, —la medicina de la longevidad que es parte de la filosofía yóguica—, sostienen que la comida influye directamente sobre la conciencia y los estados de ánimo. Lo que comemos puede crear bienestar o enojo, satisfacción o ansiedad y producirnos pensamientos de lo sagrado o lo profano. Para el yoga, la calidad de la comida que ingerimos crea nuestro estado mental, emocional y de conciencia. Esto es porque todo lo vivo participa de la Conciencia Universal en forma de vibraciones sutiles que contienen el mensaje profundo de la vida.

Comer para la conciencia no para la barriga. Los alimentos no adulterados, frescos y orgánicos contienen más inteligencia natural y, por lo mismo, producen mayor vitalidad, estado de alerta y contento. Considera cómo te sientes después de comer comida enlatada, panes desvitalizados, alimentos cocinados con grasas rancias o sobre saturadas, sobras de hace días. El resultado generalmente es letargo, digestión lenta, acumulación de toxinas, aumento de peso, desnutrición y, a largo plazo, hasta enfermedades severas. Estos alimentos se conocen como tamásicos. El Ayurveda define a los alimentos que tienen y crean cualidades positivas, o espirituales como alimentos sátvicos (que quiere decir verdad en sánscrito) incluyen: almendras, miel, granos integrales, vegetales y frutas orgánicas, dulces y jugosas como el mango, la papaya, la naranja y la pera. Una dieta que consista en alimentos ligeros, fáciles de digerir es recomendable para todos, especialmente para los que siguen una disciplina como el yoga. Los alimentos sátvicos se convierten rápidamente, que es el resultado final de una digestión perfecta, que a su vez produce una luminosidad en la piel, brillo en los ojos y una prestancia física y mental pletórica de vitalidad y optimismo.
Cocinar con amor
Cuando cocines recuerda hacerlo con una disposición alegre y tranquila. Desde tiempos inmemoriales, los textos védicos enfatizan que la vibración o estado de ánimo del cocinero afecta las cualidades de la comida. Recuérdate que cocinar es un proceso alquímico en el que estableceremos un intercambio con la vida del planeta. Haz de este acto cotidiano una ofrenda para ti y los tuyos y da gracias que podamos disfrutar con los cinco sentidos de los frutos de esta tierra.

Margarita Mansilla
margayur @gmail.com
Estudió su diplomado en Nutrición Ayurvédica con Atreya (European Institute of Vedic Studies) en 2003, lleva veinte años practicando yoga Kundalini. Antes de iniciarse en el ayurveda, cursó la maestría en Teoría Psicoanalítica en el CIEP, México, y durante quince años ha dado consulta psicológica. Sus estudios anteriores incluyen la licenciatura en Letras Inglesas, así como un diplomado en Historia del Arte en la Universidad de Londres, Inglaterra. Como estudiante, obtuvo diversas distinciones académicas, como la medalla “Gabino Barreda al Mérito Universitario”, UNAM en 1980. De amplia cultura e intereses diversos, Margarita también ha incursionado en las letras como autora. Escribió la novela Karenina Express, Rayuela, UNAM, 1995, Premio de Narrativa Colima por la Universidad de Colima y el INBA, mismo año; y poesía. Estancias de Labor, La Huerta, UNAM, 1992, ha publicado numerosas traducciones de artículos en diversas revistas y periódicos.