A medida que la popularidad del yoga aumenta, se crean o desarrollan nuevos estilos de esta disciplina. En la mayoría de los casos, estos nuevos estilos son combinaciones de las formas más antiguas y tradicionales de la práctica. Te explicaremos sobre los estilos más conocidos o populares para que puedas decidir cuál de ellos es el que crees más conveniente para ti. Sin embargo, debemos recordar que el yoga es una disciplina totalmente incluyente. Cualquier persona puede practicar el estilo que sea; siempre y cuando respete los límites de su cuerpo y profundice en las posturas hasta un punto en el que se sienta un buen esfuerzo y trabajo más no una incomodidad o dolor excesivos. Para practicar yoga no se necesita tener flexibilidad, ni una edad específica, ni un tipo de cuerpo en especial; simplemente se necesita tener el deseo de realizar la práctica.
Si lo que estás buscando es un estilo de yoga que sea tranquilo y reparador; quizá alguno de los siguientes sea ideal para ti:
- Hatha Yoga: es la base para la mayoría de los estilos de yoga. El Hatha tradicional es fácil de aprender y adecuado para cualquier nivel de condición física. Realizarás tanto posturas activas que te ayudarán a aumentar tu fuerza, flexibilidad y resistencia, como posturas reparadoras y relajantes.
- Yoga restaurativo: este estilo de yoga está enfocado en ayudar, reparar y restaurar. En esta práctica, muchas veces se utilizan props (o apoyos) como bloques, sillas, cobijas, bolsters, etc. Te moverás de una manera un poco más lenta y pausada y mantendrás las posturas durante períodos prolongados de tiempo. Es la práctica ideal para quienes están trabajando con lesiones o limitaciones.
- Vinyasa suave: este estilo de yoga es adaptable a tus necesidades y objetivos. Es perfecto para las personas que están iniciándose en la práctica del yoga o bien que tienen poco tiempo de haber salido de una lesión. Esta práctica ofrece muchas variantes en las posturas, por lo que si no puedes realizar una postura completa, el maestro o maestra te podrá apoyar enseñándote una variante de la postura en la que no te lastimes o con la que vayas poco a poco trabajando la fuerza para ir hacia la postura completa.
- Ananda: este estilo se centra en posturas suaves que están diseñadas para mover la energía y preparar tu cuerpo y mente para un estado de calma y meditación profunda.
- Kundalini Yoga: se trata de un estilo basado en la energía que fluye por nuestro cuerpo. Esta energía se encuentra, según el Kundalini, en la base de nuestra columna vertebral y su unión con el coxis. A través de diferentes posturas y de la “respiración de fuego” podemos hacer que esta energía ascienda y se reparta por nuestro cuerpo.
Si estás buscando un estilo de yoga más demandante y potente, entonces los siguientes estilos pueden adaptarse mejor a tus necesidades:
- Ashtanga yoga: este estilo de yoga es físicamente exigente; en la práctica te moverás rápidamente a través de una serie de posturas que ya está establecida. En el Ashtanga, hay 6 series diferentes; sin embargo, todos deben comenzar su práctica con la primera serie “Yoga Chikittsa”. Dicha serie está diseñada para que la realice cualquier persona; es simplemente cuestión de querer hacerla. Con esta práctica se trabaja considerablemente la fuerza, la flexibilidad y la resistencia.
- Vinyasa Yoga: este tipo de Yoga es muy dinámico ya que su fin es el de coordinar los movimientos de nuestro cuerpo con la respiración. Es un trabajo físico bastante duro, aeróbico, que nos exige fuerza, flexibilidad y una gran capacidad de concentración.
- Rocket yoga: está basado en las primeras tres series del Ashtanga yoga; sin embargo, es más exigente ya que las posturas se mantienen estáticas durante menos tiempo y hay un constante movimiento. Se incorporan posturas avanzadas, que si bien no tienes que realizarlas a la perfección, sí es recomendable que las intentes.
- Yoga Iyengar: es uno de los más populares tipos de yoga. Las posturas son activas e incluyen el uso de accesorios, lo que lo hace ideal tanto para principiantes como para practicantes avanzados. En este estilo, se trabaja mucho con la alineación de las posturas, tratando de que se ejecuten de la mejor manera posible. Es más pausado que el Vinyasa o Ashtanga y las posturas se mantienen por más tiempo. Puede ayudarnos a la tonificación muscular y en especial a la liberación del estrés y la tensión.
- Bikram Yoga: en este estilo, en todas tus prácticas realizarás las mismas 26 posturas, que incluyen fuerza, resistencia cardiovascular y flexibilidad. Las clases se imparten en un salón a 40°C y con una humedad del 60% aproximadamente. El objetivo principal es la desintoxicación, lo cual también puede ser muy bueno para la pérdida de peso.
- AcroYoga: este estilo suele practicarse en pareja y es el resultado de una unión entre Yoga y acrobacias. Se trabaja la flexibilidad, la fuerza muscular y, sobre todo, la confianza en la persona con la que trabajas.
- Jivamukti Yoga: sus clases giran en torno a las antiguas enseñanzas yóguicas, cantos en sánscrito, principios morales como la no violencia, el vegetarianismo ético y la consideración de Dios en cada persona. El objetivo de este tipo de yoga es la iluminación espiritual y el conocimiento. La práctica física es muy rigurosa y se combina con las antiguas enseñanzas sagradas de los Yoga Sutras de Patanjali y los Upanishads.
- Aero yoga: fue creado por el español Rafael Martínez y se practica en un columpio que está suspendido del techo. El propio peso del cuerpo sirve para generar y potenciar estiramiento, fuerza, elasticidad, conciencia corporal y crecimiento físico, gracias a la liberación que experimenta tu columna vertebral al suspenderte en el aire.
Estos son sólo algunos de los estilos de yoga. También hay yoga prenatal para mujeres embarazadas o que acaban de tener un bebé, yoga para niños, yoga para mamá y bebé, yoga terapéutico, etc. No tengas miedo de probar todos los diferentes estilos que te llamen la atención ya que sólo así lograrás encontrar el ideal para ti.
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Por Fernanda Noriega.