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Cultivar la espiritualidad en los hijos

Desde hace un par de años enseño yoga a niños de 3 a 6 años en una escuela Montessori. A lo largo de este tiempo me he dado cuenta de que los niños en realidad no necesitan hacer posturas de yoga para la flexibilidad, porque ya son flexibles por naturaleza; no es necesario que desarrollen su fuerza o su equilibrio, porque todo su organismo no esta aún listo para esto. Lo que los niños realmente disfrutan al tomar una clase de yoga, es el realizar las mismas rutinas, cantar, despertar sus sentidos, compartir una taza de té y formas simples de cultivar su espiritualidad.

Hoy te comparto diversas herramientas que puedes hacer con tus hijos para que ellos aprendan a cultivar la espiritualidad y valores universales que nada tienen que ver con ningún tipo de religión.

Cultivar la paz

Ahimsa, es un término en sánscrito y el primer principio del yoga. Significa: no violencia. Tiene que ver con el aprender a no dañar a cualquier otro ser. La mejor forma de enseñar este principio a nuestros niños, es empezando por practicar la “no violencia” con nosotros mismos y con los otros. Recuerda que los niños aprenden lo que ven en casa, lo que nosotros como padres hacemos o no hacemos.

Servir al otro

En el yoga hay un camino muy interesante que se llama Karma Yoga y que se refiere al “Yoga de la acción”; se relaciona con el acto de servir a todos los seres vivientes, con la necesidad de ayudar al mundo y elevar a la humanidad.

En las tradiciones yoguicas, serias parte del aprendizaje del estudiante de yoga es que hagan un servicio, llamado seva en sánscrito. No está limitado a ayudar a las personas, pero se extiende a ayudar a los animales, plantas y al planeta en si mismo. El Karma Yoga es el verdadero espíritu del yoga. Al servir a nuestros hijos cuidándolos con amor, practicamos el Karma Yoga y ellos pueden practicarlo cuando les enseñamos a dar a los demás. Ayudar a poner la mesa, lavar los trastes, hacer algo por el otro sin esperar algo de regreso, son formas en la que los pequeños pueden aprender de este valioso principio yóguico.

Cantar mantras

Me he dado cuenta de que algo que verdaderamente disfrutan los niños es el cantar. Cantar abre el corazón, les alegra el día y los conecta con su espiritualidad. En el yoga se repiten “mantras”. Los mantras son sonidos que al repetirse tienen efectos a nivel glandular y una cierta vibración en nuestra conciencia. El mantra es una postura para la mente que tranquiliza, proporciona bienestar y flexibilidad mental a quien lo repite. Abajo te comparto un mantra que puedes enseñar a cantar a tus hijos.

Sat Nam

Sat significa verdad. Nam significa identidad. Se traduce como “verdadera identidad.” Para cantar este mantra, se recomienda sentarse y juntar las manos en postura de oración y apoyarlas a la altura del corazón. Hay que pedirle a tu hijo que cierre los ojos y enderece su columna vertebral. Al cantar Saaaaaaaaat se visualiza como el sonido sube por toda la columna vertebral desde el coxis hasta la coronilla y al decir Nam uno se imagina que se cubre con una luz blanca, como si fuera un huevo. Se recomienda repetir el mantra por 3 minutos.

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