Métodos de práctica como como el desarrollado por el maestro B.K.S. Iyengar o Pattabhi Jois (Ashtanga Vinyasa Yoga), insisten en la importancia de la práctica personal. De ahí la relevancia de revisar la segunda rama de la que habla Patañjali en sus Yoga Sustras: los niyamas u observancias personales. Recordemos que los yamas (ausencia de violencia, honestidad, no robar, moderación y ausencia de avaricia) son los principios éticos que nos ayudan a establecer relaciones armónicas con los demás en todos sus niveles: pareja, familia, trabajo, escuela, ciudad, país y, por qué no, planeta. Por su parte, los niyamas son una serie de pautas dirigidas a conformar una disciplina personal para la práctica del yoga. Son cinco también y abordan aspectos como la higiene, el contentamiento, las austeridades, el estudio y la devoción.
Revisemos cada uno de ellos. Archie J. Bahm, en su traducción de los Aforismos del Yoga de Patañjali, asegura que “la limpieza (saucha) es necesaria para experimentar al ser verdadero, la quietud, la perseverancia, el control de los sentidos y la aptitud para ver el alma”. Saucha va desde la higiene del mismo (el baño diario), la alimentación (qué y cómo te alimentas) hasta la pureza de la mente (qué perciben tus sentidos).
Cuando el cuerpo está limpio, la mente purificada y los sentidos controlados, también se manifiesta la alegre percepción consciente, necesaria para realizar el sí-mismo interior.
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“Santosha tiene que ver con nuestra capacidad de abrazar con gozo los momentos de felicidad, pero también los momentos difíciles. Estoy sujeto a las circunstancias externas que siempre cambian y por esa razón no permito que mi felicidad dependa de ellas. Practico el contentamiento cuando soy feliz con lo que la vida me da. Sea lo que sea. Acepto lo que es y acepto a los otros como son, y mucho más importante, me acepto a mí mismo como soy”, explica Ana Paula Domínguez en su libro Yoga para la felicidad, la salud y otras cosas. Más adelante, Archie J. Bahm explica: “de la serenidad, surge el gozo supremo”. Y se refiere a vivir en santosha, el segundo de los niyamas:
A partir del contento y la benevolencia de la consciencia surge la suprema felicidad.
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El Yoga no es de creer, es de hacer. Por eso es importante la disciplina, el tercer niyama que describe Patañjali: La autodisciplina (tapas) quema todas las impurezas y enciende chispas de divinidad.
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B.K.S. Iyengar dice: “La autodisciplina destuye todas las impurezas, perfeccionando el cuerpo, la mente y los sentidos, de manera que la consciencia funcione libremente y alcance la divinidad”. Así lo explica Ana Paula Domínguez: “La transformación sucede cuando somos disciplinados. Nada ni nadie puede transformarnos más que nosotros mismos. Nadie puede hacer la tarea por nosotros. La disciplina o tapas es fundamental para transmutar nuestro ser”.
El cuarto de los niyamas es swadhyaya: El estudio, cuando se desarrolla al nivel más alto, conduce a uno cerca de las fuerzas más elevadas que promueven el entendimiento de lo más complejo.
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Sobre este principio, Ana Paula Domínguez comenta en El mapa de la felicidad: “Cuando practico este principio me cuestión sobre la motivación detrás de mis pensamientos y mis acciones, tomando así la responsabilidad de los mismos; me cuestiono en qué contribuyo para que una situación sea de determinada forma y cuáles son las circunstancias ajenas a mí. Cuando una situación me genera una emoción determinada, la reconozco, le doy espacio para se disuelva. De cada situación de la vida hago una oportunidad para conocerme y crecer espiritualmente”.
El quinto de los niyamas es Ishvara Pranidhana: Entregarse a Dios reporta perfección en Samadhi (liberación)
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¿Qué significa exactamente “entregarse a Dios”? Ana Paula Domínguez agrega: “Es rendirnos a lo que somos y a soltar el control de cómo creemos que las cosas deberían ser. El sentido de rendirnos y de la devoción nos abre a la experiencia de ser nutridos, de ser instrumentos de una conciencia más elevada de servicio, de dar para ayudar a otros en su despertar”.
Pues estos son los cinco principios personales deben ser consideraros. Por lo tanto, que tu práctica sea en un lugar limpio, ordenado, con ásanas gozosas, siempre con constancia y auto observación. Y no esperes nada. Da más de lo que recibes. Así aseguras que la vida sea plena.
Dan Sam (Daniel Mesino) es editor de profesión. Es instructor de Ashtanga Vinyasa Yoga. Su twitter es @omyogahoy