Puedes encontrar el elemento Agua en tu entorno con facilidad ya que tiene muchas formas, son los ríos y mares, es la lluvia y la nieve, son las nubes y neblina – cada una de estas expresiones, si las miramos con atención, nos brindan quietud y ésta nos lleva al confort, como si estuviéramos en brazos de alguien en quien plenamente confiamos. Pero también lo es una fuente, la regadera o la llave de agua en tu cocina. Lo que une a todas estas expresiones es la fluidez.
Conéctate con el Agua en tu exterior, hazlo cada vez que puedas porque su cualidad, el confort que rae es invaluable. Date unos minutos cada día y siente su fluidez que supera cualquier obstáculo sin esfuerzo.
El Agua en tu cuerpo son todos los líquidos que sirven para transportar las cosas de u lado al otro y traer equilibrio a tu sistema: los nutrientes llegan a cada una de las células y las toxinas abandonan el cuerpo.
En tus emociones el Agua es tu emocionalidad – cuando es equilibrada, vives en plenitud y de manera confortable, cuando una emoción desborda – pierdes el control.
En tu mente, el Agua es la visión que puedes tener de fluidez, aceptación, tolerancia, de confianza en ti mismo.
Pero… si el Agua está contaminada, ¿qué pasa con todo el sistema? ¿si tienes una visión errónea o una emoción negativa que desborda y se sale fuera del control? Bueno, todo el sistema, todo tu ser se ve afectado: la emoción afecta a tus pensamientos, afecta también a tu cuerpo y a tus acciones.
Cuida el Agua, se consciente de ello y practica; si no puedes controlar tu propio Agua, ¿tal vez podrías empezar por el respeto hacia el agua y su cuidado en el mundo exterior?