Mi pasión por los llamados “súper alimentos” nació hace dos años, cuando participé en un curso impartido por Ana Paula Domínguez en mi bellísimo San Luis Potosí, donde atinadamente nos habló de uno de los sistemas de salud más antiguos de la India, el Ayurveda, que con más de cinco mil años esta ancestral sabiduría nos heredó la oportunidad de ayudar a las personas a sanar y mantener esa salud a través del autoconocimiento, la naturaleza y el equilibrio entre ambos.
Uno de los maestros espirituales más importantes del mundo, Yogui Bhajan, describía que el Ayurveda es la ciencia de la vida y recordar esta frase me provoca una emoción tremenda porque me imagino una filosofía, una sabiduría que permita realmente mantener en nosotros una salud óptima y el tan apreciado equilibrio que nos podría dar una vida longeva, feliz y armónica. El Ayurveda, como buena sabiduría ancestral, habla de muchos temas que pueden contribuir a la conservación de nuestra salud, entre ellas la alimentación.
Sin embargo, como divulgador científico, me preocupa sobremanera la información que gran parte de la población está compartiendo con otros sobre el uso de los alimentos, específicamente cuando se tergiversa la información científica detrás de los mismos.
Hoy decidí escribir sobre uno de los alimentos más importantes actualmente en la cocina tradicional mexicana: el ajo. El origen de esta raíz parece provenir de oriente, aunque se desconoce la certeza del mismo, sin embargo algunos científicos creen que proviene del sur de Europa y Asia occidental. El ajo es uno de los alimentos más aromáticos, ha sido usado en las cocinas mexicanas durante siglos para dar sabor, consistencia y aroma, aunque también su uso se ha designado contra supersticiones, ritos y curaciones mágicas, consecuencia de leyendas urbanas y creencias arraigadas en diversas culturas.
El ajo tiene múltiples usos, sobre todo en la ciencia de los alimentos, pero también recientemente se han hecho descubrimientos importantísimos sobre esta raíz a nivel médico. Hace algunas semanas Investigación y Desarrollo, una agencia de noticias sobre ciencia, tecnología e innovación en México, dio a conocer la historia de una científica mexicana, la doctora Perla Maldonado Jiménez quién trabaja como responsable del Laboratorio de Patología Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suarez”, quién dedica parte de su trabajo a la investigación de un compuesto, proveniente del ajo envejecido, que podría ayudar a las personas a disminuir el daño por infarto cerebral, debido a que en la actualidad no existe un tratamiento o una cura para ello. Lo más relevante de esta investigación, desde mi punto de vista, radica en que la científica mexicana ha observado que el mecanismo de acción principal de este compuesto es su poder antioxidante, pero la investigadora y su equipo de colaboradores han visto que es también capaz de inducir una respuesta propia en la célula, de tal manera que ésta pueda responder contra el daño oxidante que se está generando en diferentes patologías.
El ayurveda habla precisamente de la función del ajo como un alimento curativo, cuando menciona que esta raíz puede ayudar a prevenir el efecto oxidante en el organismo y entre otras cosas mejorar la estimulación del metabolismo y el proceso de inflamación en el cuerpo. Una de las enormes ventajas de conocer la ciencia detrás de los súper alimentos radica en que podemos estar seguros del uso correcto, real y efectivo de los mismos y también nos ayuda a entender que cada vez hay más pruebas contundentes de que el antiguo conocimiento de las civilizaciones, como la hindú, entendía el verdadero proceso de curación en los alimentos y la relación de la salud en los seres humanos. Es importante mencionar que nuevos estudios científicos están comprobando lo que conocemos hoy en día sobre súper alimentos, una nueva ciencia en pleno apogeo.
Por: Ricardo Aguilar
¿Qué otros alimentos son súper alimentos científicos? ¡Descúbrelo en mi siguiente artículo! Twitter:@iamrickagmr
Namasté.