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El arte del pensamiento creador

¿Cómo desarrollar el arte del pensamiento creador?

Nuestros pensamientos pueden estar en armonía con nuestra naturaleza divina; pueden ser pensamientos que no pierden la consciencia de unión con el Todo, es decir, pensamientos que no separan y que ven la Vida o lo Divino en todas las personas y en todas las cosas.

Ahora ¿Cómo hacemos para no quedarnos atrapados en patrones de pensamientos antiguos limitantes, hábitos de pensamiento superficiales y egoístas? ¿Y cómo ser los maestros y maestras de nuestra mente a fin de poder entrar en la dicha del espacio entre los pensamientos cuando queramos?

Al menos de que desmontemos este habito, nuestra mente tiene la tendencia a quedarse activa todo el tiempo, lo cual nos impide entrar en el espacio entre los pensamientos. Además tiene tendencia a repetir una y otra vez las mismas estructuras de pensamientos negativos, limitantes u obsesivos.

Para superar esta rueda y retomar las riendas de nuestra mente es necesario hacer un trabajo de transformación interno. Aunque ello pueda parecer una contradicción, ¡usar la mente nos puede ayudar! Es decir que podemos elegir tener pensamientos que nos ayuden a detener el flujo incesante de pensamientos, como por ejemplo: “elijo observar mis pensamientos y desapegarme de ellos”. Esta decisión hará que, como ya no le damos energía a la mente identificándonos con ella, en algún momento esta se detendrá y entraremos automáticamente en el silencio interno. Podemos elegir hacer meditación o involucrarnos en alguna actividad física que nos ayude a parar la mente; pero para ello primero tenemos que tener el pensamiento de hacerlo; hasta que se haya convertido en un nuevo hábito. Por otro lado también podemos aprender a llenar nuestra mente de pensamientos que estén en armonía con la Divinidad.

Ser conscientes de que la Divinidad está en todo nos brinda la felicidad verdadera y nos permite crearen consonancia con Dios. La práctica de las afirmaciones nos puede ayudar considerablemente. Una afirmación es un pensamiento que elegimos y que repetimos hasta que sea automáticamente parte de nuestra forma habitual de pensar. Por lo tanto la elección de una afirmación se debe de hacer cuidadosamente. La afirmación tiene que apoyar nuestra liberación y evolución en vez de apoyar al ego y las imágenes limitantes que hemos hecho sobre nosotros mismos y sobre la vida. Las afirmaciones efectivas son las que producen un cambio de consciencia, nos conectan con el Ser, y desmontan las imágenes limitantes del ego en vez de fortalecerlas.

En muchas tradiciones espirituales se usan mantras para liberar la mente. Mantra en sánscrito significa: pensamiento que libera. (El término «mantra» significa ‘liberador de la mente’; está formado por manaḥ: mente y trāiate: liberación). Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y entramos en el Ser. Por ejemplo Om Mane padmehum, lo cual significa: Dios está dentro de mi. Una buena afirmación en muchos aspectos es como un mantra, salvo que es en tu propio idioma personal. Es un pensamiento que eliges para liberarte y que está formado con palabras que te resuenan. Podríamos decir que hay dos tipos de afirmaciones: las que ayudan a disolver patrones negativos en la mente y los substituyen por pensamientos que están más en armonía con la verdad: por ejemplo: “Merezco amor” o “elijo no juzgar a las personas”; y pensamientos que nos desligan del pensamiento racional, aumentando así nuestro nivel de conciencia como por ejemplo: “Ahora me permito sentir” o “Dejo de identificarme con los pensamientos”.

También hay muchas afirmaciones que son de los dos tipos a la vez, como por ejemplo: “Veo a Dios en todo” ya que, en este caso la afirmación desmonta por un lado las ideas de separación, comparación, juicio etc., a la vez que nos trae devuelta a la magia del momento presente y del ser. El primer tipo de afirmaciones es tan importante como el segundo; ya que ¿Qué sentido tendría estar a menudo en estado de meditación si cuando pasamos a hacer cosas estamos llenos de negatividad y de mal humor? Yo he conocido a personas que practican meditación todos los días y luego cuando están en el coche gritan e insultan a los otros conductores. Esto ocurre porque no han sanado la rabia y cuando se ponen en modo “conductor” saltan sus pensamientos de juicio y separación. Nuestra mente está compuesta de “sub personalidades”, las cuales son en realidad estructuras de pensamiento. Por ejemplo todos tenemos una “sub personalidad” de hija o hijo, de amiga o amigo, de trabajo, de orden y limpieza, quizás de madre o padre, profesor, alumno etc. Algunas de estas “sub personalidades” suelen ser más armónicas que otra.

Por ejemplo, una persona puede ser muy buena en su trabajo pero tener estructuras emocionales y de pensamiento que le impiden ser buen padre o buena madre. Tenemos que sanar las estructuras de pensamientos que no estén sanas.

Por ejemplo, si nuestro conductor interno no es pacífico tendremos que cambiar las estructuras de pensamientos que lo componen hasta transformar “los demás me molestan en la carretera” en “amo y respeto a los demás conductores”, “ya no me dejo llevar por el enfado” o “veo la divinidad en los otros conductores incluso cuando no conducen bien”.

Las emociones están compuestas de pensamientos repetidos (en latín e-moción significa: idea en movimiento). Así que una buena forma de sanar nuestras emociones des armónicas es cambiando los pensamientos que las han creado. El tener “sub personalidades” es algo positivo, sobre todo cuando son armoniosas y amorosas, siempre que no nos identifiquemos con ellas. Identificarnos con ellas (a veces nos identificamos más con algunas que con otras) limita nuestro verdadero potencial, hace que nos estanquemos, nos lleva al sufrimiento, incluso nos puede llevar a la locura.

Nuestro ser verdadero es mucho más que todas estas facetas nuestras. Sin embargo estos diferentes papeles que interpretamos nos permiten poder vivir la vida y cumplir con buenos propósitos. Pero tenemos que recordar que somos la consciencia silenciosa que está detrás observando, es decir que somos el director de la obra, no el actor. En numerosas escrituras sagradas Dios intenta enseñarnos la esencia de este juego encarnando como ser humano e interpretando diferentes papeles en el drama humano. A la hora de elegir una buena afirmación, es decir una afirmación que nos ayude a reforzar nuestro contacto con nuestra verdadera naturaleza, y/o nos ayude a desmontar las creencias que nos separan de ella, tenemos que asegurarnos que la afirmación no refuerza la identificación con las sub personalidades y por lo tanto nuestro ego (nuestro ego, al estar desconectado de nuestro ser, se alimenta de la identificación con falsas identidades).

La afirmación tiene que ser lo suficiente hábil como para que podamos incluir en nuestras sub personalidades o estructuras de pensamiento cualidades de nuestra verdadera naturaleza como el amor, la paciencia, el sentimiento de valía, el éxito en los buenos propósitos etc., pero sin identificarnos con ello… sino podremos incluso desarrollar el ego espiritual. Por ejemplo si desarrollamos más el amor y nuestra capacidad de acción seguramente seremos más caritativos, pero si nos identificamos con ello, aunque ser caritativo es algo hermoso, empezaremos a pensar que “somos más espirituales que otras personas”… y el ego se nos habrá colado de nuevo. La afirmación tiene que ser una elección personal, aunque otra persona nos puede ayudar y dar sugerencias, ya que cada persona tiene sus propias estructuras personales de pensamiento.

Así por ejemplo a una persona la afirmación “soy una persona muy valiosa” puede ayudarle a eliminar un complejo de inferioridad o de poca auto-valoración, ayudándola de esta forma a conectar con su verdadero ser, mientras que para otra persona no hará masque reforzar su falsa identidad o complejo de superioridad. En el segundo caso a la persona le vendría mejor trabajar con una afirmación del tipo “soy valioso al igual que todo el mundo” o “todas las personas somos igualmente divinas”. Estas afirmaciones ayudan a desmontar el ego ya que éste define su identidad por oposición a los demás y por comparación. Cuando desarrollamos una verdadera autoestima, ello hace que estemos más a gusto con nosotros mismos y tengamos más amor. Por lo tanto ya no le tenemos tanto miedo a descubrir o reconocer nuestras limitaciones o errores; hace que tengamos más humildad: como nos amamos a nosotros/as mismos/as ya no necesitamos defendernos y nos sentimos más seguros para poner consciencia en los mecanismos de nuestro ego, para reconocer sus disfunciones y locura. No hay que confundir la autoestima con la arrogancia. La arrogancia es el esfuerzo del ego por cubrir una baja autoestima. Por lo tanto, la persona alimenta su mente con pensamientos de comparación y de “soy más que los demás”. Siempre tenemos que vigilar que no caigamos en estas trampas del ego. Unas buenas afirmaciones podrían ser: “Me amo con todas mis limitaciones”, “reconociendo mis limitaciones y errores puedo superarlas al igual que todo el mundo soy hijo/a de la Divinidad”. De la misma forma los pensamientos de prosperidad que no se basan en la integridad, el bienestar de todos y la ecología fortalecen el ego y por lo tanto, por lo menos a largo plazo, el sufrimiento personal. Si por ejemplo una persona que está desconectada del ser y por lo tanto busca formas de rellenar el vació con objetos materiales o logros superficiales usa la afirmación “merezco tener mucho dinero”, solo conseguirá reforzar su ego y obviamente, sea que la afirmación surta efecto o no, no conseguirá ser más feliz. Así que es sabio, cuando queremos emprender una acción o tomar una decisión, indagar primero dentro de nuestra propia consciencia y asegurarnos de que la motivación que hay detrás no está basada en el ego y la sobre compensación. Si al contrario una persona necesita dinero para un proyecto hermoso en el cual vas a vender productos, bienes o servicios que apoyan la expansión de la consciencia, la ecología y la verdadera felicidad de los demás, entonces la afirmación “atraigo a mi vida apoyo, prosperidad y dinero” puede ser de gran ayuda y traer muchas bendiciones.

Tomar un Ciclo de Sesiones Individuales de Rebirthing / Renacimiento de Alta Calidad es absolutamente poderoso para desarrollar la maestría en el trabajo con nuestro pensamiento creador, el apoyo de la Respiración Consciente y Conectada, guiada y acompañada de un Renacedor Profesional de Alta Calidad nos hará sin duda profundizar en ese viaje de auto-conocimiento y expansión de la Consciencia, algo que requiere de compromiso contigo mismo y natural honestidad. Entre tanto sugiero aquí unas afirmaciones. Puedes observar cómo te sientes con cada una de ellas. Ello te puede inspirar a trabajar con algunas de ellas o a crear las afirmaciones más adecuadas para ti que te ayudaran mejor a disolver tu ego y a crear una vida más feliz en armonía con lo divino.
Om Namaha Shivaiya.

1-Ya no me identifico con mis pensamientos
2- Amo el ser que soy
3- No necesito hacer nada para probar que soy o ganar el amor.
4- Me amo y soy amado/a simplemente por ser
5- Merezco ser amado/a simplemente por ser
6- Yo, —, estoy siempre en el sitio adecuado, en el momento adecuado y en la actividad adecuada.
7- Me abro a la vida aquí y ahora
8- Dejo que la Vida se exprese y crea a través mío
9- Ahora permito que la Vida exprese el amor y el éxito a través mío para mi bien y de todos los seres
10- Estoy dispuesto/a a abandonar mis deseos egoístas sabiendo que no me van a traer felicidad
11- Ahora aprendo a reconocer cuales son los buenos deseos dentro de mi que apoyan la Vida y la felicidad de todos
12- Elijo emprender las acciones que están en armonía con mi naturaleza divina
13- Tengo suficiente energía, tiempo, sabiduría y dinero para cumplir todos estos buenos propósitos
14- La Vida me apoya incondicionalmente
15- Dios me ama simplemente por ser quien soy
16- Recibo y doy amor libremente.
17- Yo, —, me relajo y permito que la vida fluya.
18- Para mí, —, la vida es fácil y placentera.
19- Yo, —, siempre tengo relaciones armoniosas
20- Mis días están llenos de placeres espirituales, mentales, emocionales y físicos.
21- Todas las células de mi cuerpo están bañadas diariamente en la perfección de mi ser divino.
22- Mi amor aumenta constantemente.
23- Yo, —, estoy totalmente seguro/a y a salvo en el mundo físico.
24- Mi cuerpo físico es un lugar seguro y placentero donde estar.

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