Hoy en día parece que todo el mundo está preocupado por la salud. En todas partes y todos los días estamos rodeados de consejos, recetas y productos que nos prometen curarnos de toda clase de problemas; y aunque nuestra preocupación moderna con la salud es parte moda y parte comercialismo, sí surge de una genuina preocupación por no enfermarnos de algo realmente grave.
Sin embargo, muchos de los problemas de salud que buscamos resolver son el resultado de nuestro estilo de vida, y a veces es difícil entender que el motivo por el cual nos sentimos enfermos es la forma como vivimos.
Las personas que buscan alternativas para su salud se encuentran con tres obstáculos principales: primero, aunque desean evitar los fármacos, quieren que su alternativa funcione igual que éstos, es decir, simplemente tomar una pastilla y ya. Segundo, buscan curas de forma errática, para uno o más problemas que perciben como aislados entre si; y tercero, aunque tienen el deseo de no enfermarse, muchas personas no pueden ver la conexión entre sus acciones en el presente y las consecuencias no deseadas de éstas en el futuro.
La Medicina Tradicional China, el Ayurveda y otros sistemas de cuidado a la salud “alternativos”, postulan que el cuerpo funciona como un todo cuyas partes no pueden separarse. Si aceptamos ésta máxima, entonces es lógico que no podemos esperar tratar un problema del cuerpo sin prestar atención a todos los aspectos del mismo cuerpo. Mas aun, toda acción que dañe cualquier parte del cuerpo tendrá un efecto dañino en todo el cuerpo. Por lo tanto, es preciso prestar atención consciente a todos los aspectos del estilo de vida para prevenir enfermedades y verdaderamente preservar la salud.
Muchas de las enfermedades más terribles hoy en día (hipertensión, diabetes, cáncer, artritis, etc.) son el resultado de muchos años de hábitos de vida inadecuados (dieta inadecuada, fatiga excesiva, estrés, fumar, beber alcohol y café en grandes cantidades, descanso inadecuado) los cuales crean una condición de desbalance metabólico. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el cuerpo debe compensar todas éstas influencias dañinas para mantener su funcionamiento. Con el paso del tiempo, los mecanismos de compensación dejan de funcionar, pero durante algún tiempo (que pueden ser muchos años) la persona sufre de problemas de salud menores que vienen y van y parecen no tener relación entre si. Cuando el cuerpo ya no puede compensar, la enfermedad grave parece surgir “de pronto”, y es difícil ver que la causa es el desbalance que ha persistido por años y años.
La clave para tratar (o mejor aun, prevenir) éste tipo de enfermedades es estabilizar el metabolismo. De hecho, al estabilizar el metabolismo, muchas enfermedades desaparecen o entran en remisión espontáneamente. Ahora bien, entrenar a nuestro cuerpo a algo diferente después de haberlo acostumbrado durante toda una vida toma tiempo, y requiere persistencia y paciencia. Es preciso tener un deseo sincero de vencer los antojos y el deseo de gratificación instantánea. No se trata de un remedio milagroso ni de una “limpia” de tres días, sino de un proceso que puede darle un giro a toda nuestra vida, ya que implica aprender a relacionarse de una nueva forma con nuestro entorno y las influencias que afectan nuestra vida en forma más importante.
¿Cuáles son ésas influencias que afectan nuestra salud?
Principalmente son tres:
1) La constitución física, es decir, la información genética que uno ha heredado de sus padres al nacer;
2) El lugar donde uno vive, con su clima, costumbres, y condiciones de vida; y
3) la comida que uno come.
Cualquier cambio en alguna de éstas tres influencias o aspectos de la vida tendrá un cambio dramático (y esperanzadamente, positivo) en el estado de salud de la persona. Ahora bien, de éstas tres, solo es posible cambiar una en forma inmediata. La estabilización metabólica se logra en forma eficaz cuando modificamos precisamente ésta influencia, a saber, nuestra dieta, en forma consciente, y los resultados son francamente sorprendentes.
Otra de las máximas de las medicinas alternativas nos dicen porqué: el cuerpo quiere siempre sanarse a sí mismo, porque para eso está diseñado. Si podemos darle a nuestro cuerpo las condiciones que propicien su sano crecimiento y reparación, entonces es posible tener buena salud. No se necesitan curas milagrosas ni prácticas extrañas; más bien se necesita ayudar a nuestro cuerpo a encontrar el equilibrio dinámico que nos mantiene sanos.
¿Suena interesante? ¿Te gustaría saber qué se necesita para estabilizar tu metabolismo, o empezar el proceso? Escríbenos a [email protected] o llama al 5264-8041 y pide una cita. Nos dará mucho gusto ayudarte en tu viaje hacia la salud y el bienestar verdaderos.