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Hablando de niños, hablemos de obesidad infantil

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es
mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos
ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo
alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en
todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

El Instituto
Mexicano del Seguro Social, afirma que la obesidad y la diabetes están reduciendo la esperanza de
vida y si esta tendencia continúa, llegará el momento en que esos dos
padecimientos sean las causas de más muertes en todo el mundo.

La Organización
Mundial de la Salud (OMS) calcula que las muertes por diabetes aumentarán en
todo el mundo en 50 % en los próximos 10 años.

Y dice
que la economía es el punto central de la epidemia de la obesidad, debido a la
mayor facilidad para abaratar determinados productos y encarecer otros.
Existen alimentos con menor precio que favorecen el consumo primario, si
consideramos que los de la canasta básica, con mayor aporte nutricional y menos
calorías, compiten por el factor precio con aquellos que son nocivos.

Causas de la obesidad infantil.

1. A nivel económico muchas veces salen más económicos los
productos que nos hacen subir de peso que los de la canasta básica.

2. La mercadotecnia visual también afecta. La Secretaría de
Salud y Asistencia mencionó que un niño mexicano ve en promedio 61 anuncios al
día, es decir, 22 mil 265 mensajes al año, de los cuales el 42 % está
relacionado con el consumo de alimentos que favorecen la obesidad.

3. Dejamos mucho tiempo a nuestros hijos en un estilo de
vida sedentaria. A veces porque la vivienda o la escuela tienen espacios
reducidos, por la inseguridad del entorno o por el tiempo excesivo que
permitimos que nuestros hijos pasen viendo televisión, jugando videojuegos o
usando la computadora.

Como padres de familia podemos hacer mucho por nuestros
hijos si les damos una alimentación saludable basada en la canasta de nutrición
básica que incluye carbohidratos complejos como el arroz, la avena, las
verduras, las frutas; grasas, tratando de evitar los alimentos fritos y
prefiriendo la grasa que proviene de las nueces, del aguacate y del aceite de
olivo sin freír; y leguminosas como las lentejas, arroz y fríjoles, por citar
unos ejemplos.

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