Hidroterapia

En un crudo invierno, a finales del siglo XIX, en el norte de Alemania, a las afueras de un convento, caminaba un pastor arropado, sentenciado y desahuciado por la tuberculosis. Otros tres monjes caminaban en la misma dirección a metros de él. El piso helado se abrió de pronto y el pastor cayó en un río subterráneo de agua de deshielo. Los tres monjes que afortunadamente vieron esto corrieron a su ayuda y lo sacaron con trabajo para acostarlo sobre la nieve. Dos de ellos corrieron por abrigo y lo arroparon con mantas de lana. Tras unos minutos de calor, el pastor, delirando, pidió que lo volvieran a sumergir en el agua, los monjes hicieron caso a esto y tras esto lo volvieron a sacar para arroparlo, el monje tuvo la sensación de alivio con la práctica y pidió que repitieran la operación, cosa que hicieron en varias ocasiones. Los monjes ayudaron al enfermo en lo que este les pedía; repitieron esta extraña práctica por el resto del invierno.
Este hombre era Sebastián Kneipp (1821-1897), que fue desahuciado a los 24 años y gracias a este suceso vivió 50 años más y sistematizó el uso del agua como elemento terapéutico, es el precursor de la hidroterapia, aunque ésta fue usada por Hipócrates.
La hidroterapia es el proceso terapéutico que consiste en el tratamiento de todo el cuerpo o de algunas de sus partes con agua a temperaturas variadas. Sus métodos, conocidos aún hoy como la “cura de Kneipp”, incluye baños completos y parciales de agua fría y caliente, chorros de agua, ejercicios físicos, hierbas medicinales y dieta saludable. Este legado es reconocido con seis libros escritos y una escuela que pasó al padre Tadeo quien a su vez enseño la técnica a Manuel Lezaeta Acharan , renombrado Médico naturista chileno.
Estos estímulos producen sobre todo la vasoconstricción sanguínea, a partir del enfriamiento del cuerpo caliente, en contacto con el agua fría, y como reacción inmediata la vasodilatación, que provoca un aumento de la circulación sanguínea, ayudando a la limpieza y eliminación de sustancias patógenas a través del aumento de glóbulos blancos y aumento del oxígeno a causa de la mayor producción de glóbulos rojos que lo transportan y, por lo tanto, del anhídrido carbónico en el cuerpo. Esto nos lleva a una respiración más profunda para poder eliminarlo, lo que ventila los bronquios. La musculatura se calienta en contacto con el frío y, posteriormente, se relaja naturalmente con el calor y aprovecha la resistencia que ejerce el agua para tonificar los músculos débiles. Los estímulos térmicos también producen en la piel una respuesta de eliminación y por vía refleja potencian los nervios del sistema simpático, que liberan cortisona en respuesta a la situación de estrés y a su vez actúa el sistema parasimpático como regulador del equilibrio físico.
Los pacientes que se benefician de estas prácticas pueden sufrir distintos padecimientos y quienes ejercen esta terapéutica la recomiendan para todo mal; en personas sanas, como práctica preventiva, ya que se activa la gran vía de eliminación que es la piel, el cuerpo se fortalece y recupera la confianza en sí mismo al participar en el proceso de autocuración por medio de la regulación térmica.
Antes de someter el cuerpo al agua fría debió ejercitarse. El agua debe ser fría, tiene rutas de aplicación dependiendo los padecimientos. Se recomienda no secar el cuerpo ya que la humedad que queda en él, favorece la reacción y es útil para el sistema nervioso. Después de esto es importante permanecer abrigado por media hora. En palabras del padre Tadeo (1858-1926): ”El cuerpo tiene dos envolturas la piel que envuelve exteriormente la superficie del cuerpo y las mucosas que tapizan las cavidades interiores del mismo. La temperatura de 37°C grados centígrados existe sobre la piel y las mucosas del aparato digestivo de una persona, tendremos en ella normales las funciones digestivas y eliminadoras, vale decir, existirá el estado de salud caracterizado por el normal funcionamiento de su organismo.
Los enfermos crónicos viven en constante desequilibrio por alteraciones térmicas en su cuerpo, piel anémica y fría, mucosas congestionadas en estómago e intestinos y es por esto que en medicina natural siempre partimos de la búsqueda de la purificación y el equilibrio del aparato digestivo para curar cualquier tipo de padecimiento. En esta escuela encontramos un pensamiento ecologista de adaptación y comunión con las reglas de la naturaleza en donde además de la hidroterapia se recomienda una dieta saludable y vegetariana, la diaria exposición al sol en horas prudentes y el ejercicio al aire libre con aire puro, particularmente, el ascenso a montañas de forma cotidiana.
También se preocupaban por informar sobre las conveniencias de la forma de vestirse, las horas de sueño y la actitud positiva ante todo; ya que la mente tiene la fuerza tanto para ayudar a curar como para acabar de enfermar a los pacientes. Para terminar cabe destacar que el agua es un elemento esencial para el organismo, en forma de linfa o de sangre transporta, disuelve, distribuye los alimentos por las células, remueve residuos, etc. Así mismo la ingesta de agua pura de preferencia mineral o de manantial o en infusiones herbales. De esta forma, probar la hidroterapia a través de métodos específicos para vitalizar el cuerpo y asomarnos al fascinante mundo de la Medicina natural.
La Planta Médica.
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Recomendación de libros: Método de hidroterapía, Sebastián Kneipp. La medicina del padre adeo, Padre Tadeo. La medicina natural al alcance de todos, Lezaeta Acharan. Libros de: Frederic Viñas, médico naturista chileno experto en la materia.