Kundalini Yoga y adicciones

¿Cuál es la causa de las adicciones?
Existen diferentes motivos para generar una adicción, pero la principal causa es el debilitamiento de la voluntad. La segunda razón es un sentimiento de vacío en la vida, una ausencia de gozo y felicidad, una falta de apoyo externo social y familiar, de amor y de afecto. El tercer motivo es la falta de propósito en la vida. Esto puede conducir hacia la adicción de diferentes formas de estimulación, a través de las cuales puede generarse un objetivo basado en las fantasías. La cuarta razón para una adicción es el deseo de experimentar con algo nuevo.
¿Cómo se desarrolla la adicción en una persona?
Las primeras experiencias con una sustancia que altera la conciencia pueden proporcionar gran placer o confort. Gradualmente el efecto de esa sustancia se “desgasta”, se hace menor, y entonces se requiere de una mayor dosis para recibir el mismo efecto.
¿Qué opciones tenemos ante esta situación?
Podemos continuar drogándonos hasta morir o generar una ruptura con el sentido de realidad y derivar hacia estados de locura. La otra posibilidad es decidir retirarnos del consumo nocivo voluntariamente, con todo el dolor y sufrimiento que esto implica, con la esperanza de superar la adicción.
La adicción a una droga y la adicción a comportamientos emocionales no difieren en cuanto a la manera en que el cerebro las procesa. El hipotálamo emite ciertas sustancias químicas, estos químicos buscan receptores en las células del cuerpo, las células del cuerpo responden a ese estímulo y demandan una relación continua con esas sustancias. Una vez que el patrón ha quedado establecido, no basta con una simple decisión mental para romper ese ciclo. Esa es la razón por la que tantas personas permanecen en estado de adicción. Las adicciones penetran cada aspecto de la vida, atándonos a una muy limitada noción de identidad a la que nos adherimos con vehemencia, tanto que aunque se nos ofrezca un camino de salida, nos rehusamos a creer que ese “afuera” pueda ser real. Toda experiencia, jubilosa o pesarosa, experiencias de ira, odio así como patrones amorosos, son todos manifestaciones del poder mental que se convierten, de una u otra manera, en adictivos. Los patrones de adicción –patrones de comportamiento de acción y reacción se codifican químicamente en todo el cuerpo hasta producir la experiencia de tener sentido de identidad sólo a través de la repetición de esos patrones de pensamiento y comportamiento. Cuando Yogui Bhajan llega a Estados Unidos en 1969 con el fin de revelar las enseñanzas de Kundalini Yoga al mundo occidental, se encuentra con que una gran cantidad de jóvenes, con un potencial inmenso, se encuentran inmersos en el consumo de sustancias psicotrópicas, el cual se había generalizado como parte del movimiento contracultural de finales de los 60s. De ahí que una de sus primeras tareas fuera ayudar a estos jóvenes a salir de sus adicciones a través de la práctica de Kundalini Yoga. El método propuesto por Yogui Bhajan incluía una gran variedad de posturas y movimientos combinados con la respiración para quemar las adicciones químicas, repetición de sonidos sagrados (mantras) para transformar la estructura mental, además del uso de ciertos remedios y dietas ayurvédicos. Las diversas prácticas de Kundalini Yoga tienen el objetivo de elevar el voltaje de la fuerza vital a través del cuerpo a tal grado que la codificación de tendencias mentales y hábitos se disuelve, dejando a la persona en un estado energético de mayor frecuencia. Esta frecuencia y vibración energética incrementadas irradiando a través del cuerpo, lo convierten (al cuerpo) en un amplificador del sonido, de tal manera, que el mantra produce un poderoso incremento del impulso electromagnético del cuerpo que se centra en el corazón y se polariza de manera radial. La práctica y el efecto de estas técnicas es acumulativo, por lo que la radiancia (resplandor) se incrementa y se profundiza, así, empieza a darse un proceso de decontracción a nivel celular que efectivamente disuelve los químicos codificados en la membrana celular, que es lo que nos ata a los hábitos reactivos. El poder de enfoque de la atención está relacionado con un cierto nivel de energía consciente, lo que significa que cuando enfocamos nuestra atención, un quantum de energía consciente llena el espacio con una sensación o una visión (dependiendo de si la atención es dirigida hacia el cuerpo o hacia el exterior a través de los sentidos). Cuando el voltaje del cuerpo empieza a incrementarse, la conciencia se vuelve penetrante en lugar de enfocada, y descubrimos que lo que en realidad somos es un campo de conciencia, no un sujeto enfocándose en diversos objetos. La perseverante práctica de Kundalini Yoga, la penetrante brillantez de la frecuencia vibratoria del cuerpo se eleva por encima de la frecuencia de los patrones de pensamiento, lo que trae como resultado la quietud y silencio de la mente, que es experimentado como conciencia no objetual (más allá de la dualidad observador –objeto observado). En ese estado se logra la desconexión de la atención a los patrones de pensamiento y a las impresiones a través de las cuáles juzgamos y proyectamos nuestra experiencia. A medida que los nadis (canales sutiles de energía) se hacen más brillantes, a través de una práctica continua, la aparente oscuridad al interior y alrededor del cuerpo cede, dando lugar a la capacidad de ver y experimentar el interior del cuerpo y el campo alrededor del cuerpo sin tener que utilizar los sentidos o la mente, sino como experiencia directa de la conciencia en sí misma. El Sadhana o práctica espiritual propuesta por Yogui Bhajan posibilitan que la mente y el cuerpo se conviertan en canales para la expresión de la conciencia infinita que cada uno de nosotros es. Es una práctica que recompone nuestros ciclos y patrones internos al ritmo de nuestras metas supremas. Es una labor que nos permite hacer conciencia de los hábitos negativos que nos alejan de la conciencia superior y que favorece la eliminación de cada uno de los deseos que subyacen a esos hábitos. A través de esta práctica, el progresivo estado de amnesia en que estamos sumergidos la mayor parte de los seres humanos empieza a ceder dando lugar a la progresiva cristalización en la conciencia del Yo Verdadero o Sat Nam Al irse purificando la mente empezamos a desapegarnos de nuestros hábitos negativos hasta que alcanzamos el estado integral de no-apego.