Una de las diferencias principales entre el yoga y otras disciplinas meramente físicas, es que se trabaja con un propósito más elevado, más allá de aspiraciones físicas, pues generalmente se traen a la mente objetivos emocionales o espirituales.
Así como todas tus acciones en la vida, cuando antepones un motivo consciente, lo haces con más empeño, pasión y constancia. Regularmente en la rutina diaria, ya viene implícita la intención, como cuando te alimentas porque tienes hambre o cuando sales a trabajar para tu estabilidad financiera, sea cual sea la razón, ya está inmersa en lo que haces, sin embargo, en el yoga, tú eres quien decide el propósito por el que quieres trabajar.
¿PARA QUÉ SIRVE TRAER UNA INTENCIÓN A TU PRÁCTICA DE YOGA?
- En primer lugar, tranquiliza la mente pues te ayuda a enfocarte en un pensamiento más concreto
- Te separas del ego, porque estás llevando la sesión a un nivel más reflexivo y de agradecimiento
- Te ayuda a estar más presente y consciente, recordando porqué estás en ese lugar y en ese momento
CONSEJOS ÚTILES PARA EMPEZAR
“No sé qué intención abordar en mi práctica” …bueno, esa frase es muy común. Una de las recomendaciones es que empieces por AGRADECER, tanto lo positivo como lo negativo, por algo específico y de una cosa a la vez. Posteriormente en siguientes ocasiones, puedes motivarte a través de aspectos en los que quieras trabajar en tu vida. Así con el tiempo podrás concretar tus propósitos más concreta y sencillamente.
Otro aspecto muy importante es que al reflexionar en cual será tu motivo de tu práctica, realices al mismo tiempo Anjali Mudra, que te ayudará a conectar con esa intención.
Ahora ya sabes que pese a que en clase nadie te lo recuerde, ya no olvidarás traer un designio a tu mente que te impulse a creer, crear y evolucionar cada día.
Por Heidelinde Matzke