El tiempo y el espacio no son mas que concepciones de la mente, formas, estructuras irreales que aprisionan a nuestra esencia dentro de la ilusión de la separación de la fuente. En realidad no hay una meta, un lugar a donde ir así como tampoco hay un tiempo para recorrerlo y llegar, no hay fecha limite ni caducidad. Lo único que existe es solo existe el camino, tus pies recorriéndolo, andándolo y nada mas.
En el principio no sabíamos que había un camino, andábamos completamente perdidos, sin una dirección, sin un lugar a donde ir, sin nada mas que una sensación de vacío y métodos poco efectivos para aminorar esa situación.
Y fue un día que el camino se develo y fue donde comenzó la búsqueda, la búsqueda de un espacio mejor, de una experiencia mas plena, de una dirección, de un sentido total a la existencia misma. Y es cuando viene la consciencia es que los colores comienzan a aparecer, que se muestra una bella carretera frente a nuestros ojos llena de montañas, valles, océanos, de un cielo inmaculado y la esperanza de encontrar al final del camino un oasis a todas nuestras penas y preocupaciones, un oasis donde solo haya paz.
En este caminar un sin número de experiencias ocurren y vamos ganando sabiduría con cada una de ellas, sin embargo mientras la esencia no se manifieste en su totalidad, la dualidad seguirá sucediendo, el ir y venir de la vida, los encuentros y las separaciones, el placer y el dolor, yendo y viniendo.
Solo la sadhana, la práctica consciente la que a través de estos sucesos va disolviendo la ilusión de la dualidad para mostrarnos la única y absoluta realidad.
Un día te das cuenta que mas allá de los bellos paisajes que ha traído consigo el camino, mas allá de la esperanza que ha traído consigo la meta, te das cuenta de que la meta ha estado siempre aquí en el camino mismo, desde siempre; que nada absolutamente nada ha sido en vano, entonces todo cuadra y cobra perfecto sentido, la mañana y la noche dejan de ser dos para convertirse en la experiencia del día y la meta que siempre estuvo en la lejanía se vive aquí y ahora, sin mas.
No hay a donde ir, el camino es aquí, no hay tiempo pues momento es ahora, que todo se trata estar aquí y ahora, sintiendo, experimentando, siendo.
Honrando a aquellos que han dado ya los suficientes pasos para detenerse y simplemente observar, nuestros abuelitos/ancianos/guías/gurus/maestros, quienes a través de su ejemplo nos muestran lo que el caminar es.
Caminante son tus huellas el camino y nada más;
Caminante, no hay camino se hace camino al andar
Serrat