Esta asana fortalece las muñecas y las manos, los músculos cortos de los brazos y hombros, y los músculos de la espalda y los órganos abdominales. Es más bien una postura compacta que un estiramiento, y desarrolla una acción intensa de elevación no solo en los brazos sino también internamente desde la base del piso pélvico (Mulha Bandha). Para los que incluyen vinyasa en su práctica y les gusta brincar por entre sus brazos desde Adho Mukha Svanasana a Dandasana, esta es la postura que desarrolla la fuerza y la elevación para poder hacerlo.
Preparación
Arrodíllate en el piso con las manos también en el piso y las nalgas elevadas. Cruza la espinilla derecha bajo la pantorrilla izquierda, manteniendo las rodillas y los pies muy cerca unos de otros y los dedos de los pies apuntando hacia atrás; siéntate luego sobre los talones. Inclina el tronco ligeramente al frente y apoya las manos en el piso a los lados de las caderas, extendiendo bien las palmas y los dedos. Toma algunas respiraciones.
Elevándose
En una espiración presiona las manos en el piso y eleva el tronco alejándolo del piso, levantando los muslos hacia el pecho y los pies hacia las nalgas. Estira los brazos elevando los músculos bíceps y enderezando los codos. Mientras sostienes la postura, respira normal, mantén las piernas compactas y atráelas hacia el tronco. No uses sólo los músculos de los muslos sino también hala con fuerza desde tu piso pélvico hacia tu ombligo. A medida que presionas con las manos no alargues la columna, pero en vez de eso redondea deliberadamente la parte alta de la espalda para separar los omóplatos. Imagínate llevando todo tu cuerpo hacia tu centro para redondearte como un balón.
Con tus pies y espinillas despegados del piso, mueve suavemente el tronco hacia delante y hacia atrás. Permanece tanto como puedas en la postura antes de bajar al piso. Cambia el cruce de las piernas y repite.
Consejos Prácticos
Si al principio encuentras muy difícil elevar las espinillas y los pies del piso, prueba colocando las manos sobre bloques a los lados de tus caderas, y así crear una altura extra para poder subir. Practica regularmente hasta que se desarrollen la fuerza de tus brazos y la elevación abdominal interna. La postura se hará más compacta y redondeada, y eventualmente serás capaz de trabajar con las manos en el piso.
Texto: Paul King, co-director de Practica Yoga en Guadalajara
Modelo: Srivas Cervantes