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Los procesos electorales en México y la práctica de yoga

La verdadera práctica del yoga comienza cuando enrollamos el tapete y salimos del salón de clase. La manera de honrar al linaje de maestros y sus enseñanzas es llevar lo aprendido a la vida diaria. Mi maestro Bernardo Kushala Camarena suele repetir que el conocimiento que no se convierte en un sustento para una existencia más armónica y en balance se convierte en un alimento para el ego, “por más yóguico que parezca”. De nada sirve que poder realizar un parado de cabeza, un loto hermoso, meditar durante dos horas seguidas, recitar de memoria el Bhagavad Guita si al final del día no nos vamos a dormir con la mente en calma porque estallamos en cólera, nos dedicamos a vociferar contra nuestro vecino o entramos en un estado de ansiedad por las preocupaciones del futuro.

Vivimos y somos parte del mundo. Hoy nos ha tocado ser yoguis urbanos que debemos salir y trabajar en oficinas, lidiar con tráfico, dividirnos para atender a la familia, pareja y amigos. Nuestra tapasya (o sacrificio) radica en cultivar la disciplina de la práctica en escenarios poco amables: grandes concentraciones de personas en espacios reducidos. Somos continuamente bombardeados con campañas publicitarias que incitan al consumo y a la insatisfacción. Todo es comprar, tener, desear. Nos olvidamos del cuerpo,y de nosotros mismos, para desperdiciar nuestra energía entre aferrarnos al pasado y preocuparnos por el futuro. Dejamos de estar aquí y ahora para vivir en el allá y el entonces. Y a unas semanas de los comicios electorales para elegir presidente de la república en México, está situación se agravia con campañas políticas sustentadas en la división, la descalificación y la desinformación. En este contexto es válido preguntarnos ¿cómo mantener el estado del yoga? ¿Cuál es la actitud que un yogui debe fomentar para ser congruente? ¿Cuál es mi sankalpa (intención) durante este mes? Aquí comparto cinco ideas con ustedes.

1. Recordar que la transformación comienza con uno mismo. Esta enseñanza me la dio una querida amiga, Adriana Niranyana. Y no puedo estar más de acuerdo. Ningún presidente ni candidato te cambiará a ti o a tu entorno. Si cambias tú, se transforma lo que te rodea. De la misma manera en que no puedes entregar a tu maestro la responsabilidad de tu crecimiento, tampoco puedes responsabilizar a un gobernante por lo que te pasa.
2. La sabiduría del corazón nunca se equivoca. No decidas por lo que te dice un spot, un amigo, un vecino o un periodista. Tampoco te vayas por un partido. Al igual que mi amiga Adriana, yo también estoy decepcionado de muchos gobernantes y no metería las manos al fuego por ninguna agrupación política. Sin embargo, sí creo en la sabiduría interna. Escúchate a ti y a tu intuición. ¿Quién ofrece una propuesta real? ¿Quién te ha presentado a un gabinete integro? ¿A quién le confiarías tu país?
3. Honro la cualidad de satya (honestidad). Cultivar satya es una actitud yóguica por excelencia. En estos meses pondré especial énfasis en la honestidad a través del uso de la palabra. Cuidaré lo que digo de manera amorosa. Que mis palabras sean amables y tengan el sustento de la verdad. No las utilizaré para fomentar la división ni provocar el encono entre grupos. En lo personal, no es mi papel convencer a nadie ni debatir. Simplemente honraré la honestidad a través de verdad.
4. Observaré el dharma. La acción es mejor que la inacción. ¿Votar o no votar? Simplemente cumple con lo que tú consideres que es correcto pero que tu acción sea impecable, libre de cualquier apasionamiento. No esperes el fruto de las acciones. Actúa desde el deber del yogui. Así como el dharma del sol es brindar calor y el dharma del agua es refrescarnos, cumple con el rol (dharma) que se te ha asignado en el mundo sin esperar nada a cambio. Ya sea como representante de casilla o de partido, funcionario o ciudadano, cumple con tu dharma.
5. Practico la ausencia de violencia (ahimsa). No hay ejemplo más inspirador que la vida de Mahatma Gandhi. Él logró expandir su estado de libertad interior a su país. La ausencia de violencia fue la base de su revolución. Logró la independencia de una gran nación a través de la acción no violenta. En estos días y semanas, estaré muy pendiente de practicar ahimsa en todas mis acciones. No alimentaré la división, no discutiré por tratar de imponer mis ideales políticos. No fomentaré ninguna acción que pueda lastimar a otros.

Que los malos se vuelvan buenos, que los buenos obtengan paz;
que los pacíficos se liberen de sus cadenas,
que los liberados liberen a los demás.
Benditos sean los súbditos de los que gobiernan, y que estos grandes hombres gobiernen la tierra con justicia, que siempre haya bienestar para las vacas y los bráhmanes; que todo el mundo sea feliz.

Fragmento de la Oración Universal
Twitter: omyogahoy

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