Dotados de intelecto y conciencia, voz y palabra que permiten la expresión y la comunicación, los seres humanos hemos evolucionado de los sonidos naturales y golpes de objetos, al lenguaje y los teclados digitales y satélites que nos conectan en vibración con todos los seres del planeta.
Sin embargo, aunque la tecnología y el intelecto nos permiten depurar la calidad y especialización del mensaje, el mensaje en sí mismo no ha evolucionado de la misma manera: basta observar el contenido de nuestros informativos y nuestros textos y encontraremos una constante, abundan los mensajes que expresan necesidad y hay poca o nula comunicación que exprese de manera clara el sentir y el propósito de nuestra existencia como individuos y como humanidad.
Las artes han sido el vehículo de esta expresión: pintura, música, teatro, danza, más recientemente cine, conciertos masivos que nos ponen en contacto con esa parte sutil y profunda que es el alma y el espíritu de la humanidad.
Es a través de el arte que hemos logrado expresar, sentir el alma y el universo sutil de la vida interior.
Es mediante el arte que los seres humanos creamos un portal para hablar y manifestar el espíritu de la creación, el sueño de lo divino, la presencia de Dios.
Es gracias a la obra artística que la literatura y la filosofía pueden hablar y traducir en palabras la manifestación divina de la creación.
El arte es el lenguaje de lo sacro y de lo divino, gracias a él podemos dar forma y sonido al mundo sutil y abstracto del espíritu y su creación.
Dice un dicho que “arte que no sana no es arte”.
Sanar es restablecer la armonía, restablecer el orden en las relaciones de los componentes de un organismo o creación.
Las partes se relacionan en forma armónica y crean el concepto de belleza: bello es aquello que está bien y en armonía de sus partes y en relación con su mundo exterior.
Esa belleza se considera como única y en bondad universal.
Es bueno porque existe, no porque se contraponga a una fuerza o forma externa que la contradiga y valide.
La bondad universal es no porque exista el mal, sino porque todo en ella es.
Así, utilizando la música y los sonidos que son parte de la música cuando están en armonía, el rezo y la creación participante de la práctica espiritual. Aportan la manifestación física y perceptible de la armonía y belleza universal.
Mantras, cantos, bowls, armonios, trompetas, sitaras sonando y, tanta música creada para elevar nuestros sentidos y poder apreciar el espíritu de lo divino vibrando en todo nuestro ser.
Ese es el objetivo de las sesiones de Nadam Yoga, La union con el Ser a traves del sonido sagrado.
En nuestras sesiones de Nadam tomamos la vibración y la intención de una representación de las cualidades de lo divino, y lo enaltecemos repitiéndolo o creando música a partir de esta intención. Nos envolvemos en un manto sonoro y abrimos nuestra percepción para que esta creación nos lleve profundo, hasta nuestro Corazón mediante la meditación, que es el instrumento para dejarnos envolver sin oponer resistencia o defendiendo nuestro Yo y sus manera. Así nos disolvemos en su dulce néctar (amrita) y vibramos con la vida sin tiempo ni espacio, solo presencia.
NADHA es una palabra en sánscrito que significa sonido. Los sonidos son frecuencias vibracionales captadas por nuestro cerebro a través de nuestros oídos, pero también son frecuencias que afectan y vibran en la creación aunque no sean percibidas por nuestros aparatos percepetuales. Es decir, un sonido existe como manifestación vibracional de una frecuencia que viaja en el espacio.
Se dice que el “ohm” es la vibración universal primigénea. Al principio fue el verbo, la palabra.
Y este verbo es percibido solo en el más absoluto silencio interno, por eso el percibir con la mente en calma y cesando la creación de todo pensamiento, genera el silencio que nos permite expandir la percepción y hacer consciente lo sutil.
Esa vibracion sutil es el OHM.
Se dice que la vibración viaja en un canal del diámetro de la amplitud de onda de la vibración. Ese canal o cauce es como un río, y el sonido es el agua que fluye por ese cauce, cuyo nombre en sánscrito es descrito por la palabra NADI.
En el caso específico de la música, el sonido afecta el fluir de la energía por esos canales alterando en forma positiva o negativa ese flujo, dependiendo de la naturaleza del sonido y el canal en el que viaje.
Los yoguis de la antigüedad, observaron que la frecuencia, el tono y el volumen de sus rezos, modulaban el flujo de la energía en los nadis. Utilizaban tonos y semi tonos, sonidos graves y agudos para la repetición de sus mantras y ofrendas. Después, disociaron los rezos de los tonos y trabajaron exclusivamente con modulaciones y sílabas que llamaron sonidos BIJA o raíz.
La variación de tono y la relación de un sonido con otro, produjeron una RAGA o escala premeditada para los diferentes espacios vibracionales del cuerpo y sus canales.
Así, le asignaron un tono, una sílaba y una repetición específica a cada lugar donde convergían y se percibía con mayor intensidad la vibración de los nadis y que conocemos por el nombre de MARMAS y CHAKRAS.
Los ragas eran repeticiones tonales de notas especificas para cada canal y para cada rezo.
Estas eran interpretadas por las voces humanas y por los instrumentos musicales, que crearon la música de la espiritualidad Hindú y la de todas las culturas que alcanzaron a desarrollar la música Sacra conocida como música sagrada, utilizada en ceremonias, rituales, misas, ofrendas, sanaciones, etc.
Las deidades, que son aspectos creativos de manifestaciones particulares de la energía universal, tenían su propio Raga y su propia melodía, de tal manera que para honrar, saludar, invocar o pedir asistencia y manifestación de estos aspectos particulares de la unidad, se utilizaban sus ragas particulares para componer su propia música.
Trabajar con el sonido y sus escalas, para manipular y controlar la vibración original, es el objetivo del Nadha Yoga.
Para crear un sonido armonioso con la voz, es de primordial exigencia, un buen y profundo control de la respiración.
Pranayama y nadha yoga van unidos de la mano. La respiración va creando vacío y espacio donde la vibración penetra, modula y modifica la vibración general del Ser.
La inspiración nutre y llena los espacios y de nutrientes y de cualidades vibracionales para una mayor y depurada creación.
Ambas generan el tono y la melodía de nuestra meditación, afectando de manera directa con la cualidad de nuestra creación: pensamientos y sentimientos.
La música afecta y potencializa esta relación entre espacio y saturación.
Todo lo que se expande es ocupado por lo que penetra y crea la expansión. Esto se conoce como LANGHANA.
Todo lo que se contrae , vacía y funde lo particular en la totalidad, creando fusión, todo regresa al origen. Esta contracción en sí mismo se conoce como BRHAMANA.
Los tonos y su percepción son la relación entre la expansión y la contracción de una vibración, en un espacio y tiempo determinado, o como lo conocemos en occidente, una amplitud modulada en una frecuencia modulada.
Esta vibración puede alcanzar una intensidad tan elevada que se convierta en LUZ.
Dicen los textos antiguos: ¨al principio fue el verbo. Y después se separaron la luz de las tinieblas, creando la luz y la noche.
Se refiere a la luz que viaja en el espacio y a los espacios que la absorben y que conocemos como Hoyos Negros o Antimateria, donde la acumulación libera creación de universos nuevos.
La función de la música, es permitirnos percibir y hacer consciente el silencio.
Nadha Brhama, representa ese silencio que precede a toda creación.
Ser consciente de lo que voy a crear solo puede lograrse desde el silencio que separa la inercia creativa de mi creación.
Solo puede lograrse en el espacio de mi meditación, donde todo lo que vibro y creo, es absorbido por el silencio de mi no creación, entrar a mi propio agujero de antimateria negro, donde suelto y me libero de toda reacción al pasado y toda proyección al futuro.
Presencia en el Aquí y Ahora.
NADHA YOGA, es una herramienta para lograr un espacio de silencio en mi meditación.
Por Javier Bautista.