Palabras de Aliento

Es una tradición milenaria, la de utilizar imágenes del reino animal para transmitir un mensaje.
¿Qué reflexión provoca si extrapolamos el cuento de los anfibios ?

Érase una vez… diez ranas que iban atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo bastante hondo. El resto de las ranas se reunió alrededor del hoyo. Cuando vieron que éste era muy profundo, les dijeron a las dos ranas que se dieran por muertas.

Las dos ranas ignoraron los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo. Las demás ranas siguieron diciéndoles que se detuvieran, que se dieran por muertas.
Finalmente, una de las ranas hizo caso a lo que las otras ranas estaban diciendo y se dio por vencida. Se dejó caer al suelo y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo.
De nuevo el grupo de ranas le gritó a la otra rana que no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir. Pero la rana saltaba más y más fuerte y finalmente logró salir. Resultó que esa rana era sorda y no le  era posible oír el consejo de las demás. En todo momento pensó que sus compañeras la estaban animando para que saliera.
No es lo mismo “quedarse sordo” que “hacer oído sordo”. Por eso, es drástico pensar que necesitamos quedarnos sordos, para poder salvarnos. Lo que si podemos aplicar sabiamente, es el discernimiento de escoger la información que deseamos quede registrada y la que no, aprender a lavarla con sabiduría.

SOLO SE QUEDA SORDO EL QUE YA HACE TIEMPO LO ESTABA PARA SU VOZ INTERIOR. (Dethlefsen-Dahlke)

Si existiese algún detergente que se pudiera adquirir en un supermercado y que lograra limpiar la mente, sería un artículo de amplia demanda. Se nos olvida que es gratis; pues lo tenemos dentro de nosotros, solo que debemos trabajar para encontrarlo. Recibe muchos apelativos…fuerza vital, prana, agni, poder de los nadis, empuje galáctico, alquimia cósmica…todos son correctos; pues el título que reciban no es lo importante. Lo crucial, está en la esencia. Es como al entrar a la cocina y preparar un guiso. Si tenemos todos los ingredientes dispuestos frente a nosotros, quizás estimulamos un poquito la sensación visual, pero no se nos va el hambre. Cuando están ya liberando su perfume las especies en el fuego, el olfato comienza a percibir algo incitante, pero tampoco elimina la sensación de hambre, muy al contrario, la incrementa. Ya con el banquete puesto, se acerca más el momento anhelado, pero solo hasta que entra en contacto a nivel celular y se reparten los nutrientes, logramos que la magia  química interactúe con los metabolitos y nos de parte de la energía que necesitamos. 
Este mecanismo digestivo, se aplica en la misma instancia en la mente. Aprender a digerir, es como el consejo de “abrir los ojos”. Pues ambas, amplían nuestra visión y nos ayudan a hacer a un lado, los peligros que acechan nuestra existencia. El reto mayor, radica en equilibrar los polos del egocentrismo y la humildad.
Pensemos en un cuadro muy bello que transmite una idea conmovedora para la gran mayoría de la humanidad. El valor del mismo, no estriba en el tipo de pintura que se haya utilizado o la calidad del lienzo; puesto que ellos solo transmiten lo invisible. O sea, el contenido metafísico. De igual forma, el efecto curativo de las palabras funciona a nivel de conciencia y es la vibración del alma, la que se manifiesta y se hace visible en el cuerpo. 
Ahora, imaginemos por un momento, que hemos logrado el dominio de interiorizar a través de la meditación y que podemos bloquear los estímulos y vibraciones negativas que nos bombardean. Prendemos nuestro “tubo pránico” desde la base de la columna y de ahí, irradiamos LUZ a todas las partes que nos están pidiendo auxilio. El sistema nervioso central, el digestivo, circulatorio, órganos internos, etc. Es un trabajo personal, así que solo TU conoces el área que más requiere apoyo en este momento. Ahí dirígete, apoyado si es necesario de una imagen visual que te motive (un Maestro, un paisaje, un momento …) pero no te ligues al personaje. Es decir, no uses alguien con quién sientas un apego físico. Desvincúlate, lo más posible. Sé TU. Puedes usar un mantra personal si ya lo tienes o repetir sonidos universales   como: “OM”, “SHANTI”, “ADONAI” .
En igual medida, es primordial aprender a guardar silencio, cuando es necesario. Escuchemos atentos para dominar ese EGO y activemos mandatos sobre nuestro cuerpo y no sobre los demás. Las personas en nuestro entorno serán los primeros en reconocerlo y lo agradecerán, en formas que van mucho más allá de lo material. Pues, una palabra de aliento positiva, que se le da a alguien que está tocando fondo, puede sacarlo del hoyo. Una palabra negativa disfrazada de aliento, puede enterrarlo y llevarlo a la muerte.
Si leer esta columna te llevó diez minutos, un sano consejo (PARAMAHANSA YOGANANDA) es que escribas lo que sientes por veinte minutos y que reflexiones durante 60 minutos. Con esta proporción cultivas tu razón, sugiere el sabio Maestro del siglo pasado. Reflexiona si no hay alguien, que necesite de tu apoyo.
No dudes en expresar las palabras de aliento que tu alma te solicita realices, para ti, tu entorno y el planeta. 
Desde el manantial de mi alma. OM SHANTI  
Consulta: www.ayurvedalinwu.com 
El nombre espiritual de la autora es Sharada.
Es Q.F.B. c.w.s.III. Yogui Siromani de Vedanta Forest Academy. Health Educator en Ayurveda y yoga del American Institute of Vedic Studies. Su formación está vinculada con las enseñanzas de: AOBO, Indra Devi, Sri TKV Desikachar, Sivananda.  Fundación de Salud Ayurveda Prema-Gujarat Ayurved University. Reiki Master. Actualmente, es maestra de yoga en el Centro Sivananda de Buenos Aires. Imparte talleres en México y Argentina sobre el YANTRA DEL RESPLANDOR ®.

Anécdota recibida vía internet : www.escuelaclaridad.com.ar
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