Recordando tu estado inocente

¿Recuerdas aquellas tardes en que podías pasar horas enteras completamente absorto en como algo se te había pegado a las manos?, ¿o todas esas horas jugando con un par de muñecos, creando diálogos, historias y obviamente un desenlace muy feliz?. ¿Recuerdas cuando al ver la tv no necesitabas los trucos de las super producciones pues tu imaginación podía crear el resto?, ¿cuando la sopa de tu abuela era la comida mas deliciosa del mundo y no requerías que un séquito de meseros y chefs de talla internacional viniesen a decirte lo extravagante de una lechuga?, ¿lo recuerdas?.

¿Anhelas volver a ver todo con colores excitantes, anhelas volver a emocionarte casi sin razón y a amar con toda tu plenitud?.

De esto se trata recuperar a tu niñ@ intern@ o dicho de otra forma tu estado de inocencia, relajación y creatividad, volver a estar desde esa pureza total mas toda la experiencia que ya ha ganado con estos años andando sobre esta tierra, se trata de regresar a ese estado de plenitud donde una buena lluvia no es un obstáculo a sortear sino la invitación de grandes charcos a saltar.

Volver a mirar con los ojos brillosos, la boca ensalivada, los brazos y el corazón abierto.

Este estado natural puedes reencontrarlo de dos maneras básicamente, la primera y no tan simple volviendo a nacer y recordando muy bien todo para no perderte otra vez, la segunda mucho mas sencilla, sentándote a meditar.

La meditación te permite volver a traer toda tu presencia justo al aquí y al ahora, al presente, volver a estar con todas tus percepciones, capacidades, tu atención, realmente es lo único que basta para cortar de un solo tajo el juicio, la duda, la evasión, el engaño y de forma natural volver a ser transparente, honesto, amoroso y completamente entregado.

Basta traer de vuelta tu atención al aquí y al ahora, a esta respiración, una respiración tan única que nunca antes la has hecho y que nunca mas harás, puede esta respiración parecerse a otras miles pero que sin lugar a dudas es completamente única, igual que este momento. Esta respiración que nunca has hecho, estas letras que nunca has leído, este entendimiento que nunca antes has tenido, esta frescura tan suave de hoy.

Tomar tu safu cada mañana, sentarte y cerrar tus ojos como siempre, para entrar a este mundo interno tan nuevo y original como nunca.

“Nadie puede bañarse en el mismo rio dos veces” . En verdad nadie puede bañarse en el mismo río, pues este se renueva a cada instante, puedes meter en el mismo sitio cada vez sin embargo el agua ha cambiado, es un agua completamente distinta a la del segundo anterior, fluye y se transforma a cada momento, un río nuevo cada vez.

La meditación trae ese frescor a tu vida, ese frescor tan necesario para disfrutar todo lo que hay en ella, trabajo, familia, pareja, hijos, sueños, anhelos del alma. Todo nuevo, todo fresco así cada momento en que miras a tu corazón, abriéndolo y mirando con el todo este mundo, todo este cuarto de juegos que la Existencia ha puesto para ti, solo así podemos volver a escalar las montañas mas altas, viajar a otros mundos, encontrar los mas bellos tesoros y volver a reír todo el día.

Tomar tu safu cada mañana, sentarte y cerrar tus ojos como siempre, para entrar a este mundo interno tan nuevo y original como nunca, salir al mundo externo tan fresco y puro como siempre.

Así que si no recuerdas como se siente esto, si has olvidado como se siente estar vivo, como se siente ser inocente y amoroso, voltea a ver a un niño y aprende, siéntate en tu safu y simplemente RECUERDA “Samasatti.”