Esta es una variación de Halasana (Postura del Arado) en la cual las piernas están separadas. Es una postura importante para dominar antes de intentar posturas más desafiantes, como Parsva Halasana. Tonifica tanto las piernas como el abdomen y ayuda a alargar los músculos espinales. Es particularmente beneficiosa para las mujeres ya que la práctica regular ayuda a regresar a la posición apropiada el útero con prolapso y regula el flujo menstrual. Sin embargo, no debe ser practicada durante la menstruación, o si tienes hipertensión, desprendimiento de retina o glaucoma.
Preparación
Comienza en Halasana con los hombros apoyados en 3 o 4 cobijas plegadas, de modo que la cabeza pueda apoyarse en el piso y no haya tensión en el cuello. Si los músculos isquiotibiales están rígidos y es difícil estirar las piernas con los pies en el piso, entonces entra a Ardha Halasana (Media Postura del Arado) con los pies apoyados en una silla y las piernas paralelas al piso. El peso debe estar en la parte alta de la parte externa de los hombros, y las manos colocadas lo más cerca posible de los omóplatos. Para evitar que los codos se abran a los lados usa un cinturón amarrado alrededor de los codos – el amarre del ancho de tus hombros. La parte posterior de los brazos y los codos deben empujar firmemente en las cobijas de modo que los omóplatos puedan moverse profundamente en la parte posterior del cuerpo. Extiende completamente la columna vertebral hacia arriba.
Entrando a la postura
Desde Halasana separa anchos los pies uno del otro. Si estás usando una silla en Ardha Halasana, lleva entonces una pierna a un lado y bájala y luego la otra. Probablemente encuentres que es más fácil estirar las piernas con los pies separados. (Si esto no es posible entonces necesitarás usar soporte para cada pie en una silla de modo que las piernas puedan separarse mientras permanecen paralelas al piso).
Separa tus piernas tanto como puedas con las puntas de los dedos de los pies en el piso y tus pies perpendiculares al piso. Presiona los muslos con fuerza hacia el techo, tanto para elevar las caderas y estirar la columna. La parte interna de los muslos y la raíz de los muslos deben elevarse. Mueve tus manos más cerca de tus omóplatos, presiona tus brazos en las cobijas, lleva los omóplatos y la columna torácica profundamente hacia el pecho y estira la columna hacia arriba. Sostén la postura de 30 a 60 segundos.
Saliendo de la postura
Regresa los pies a Halasana, suelta las manos de la espalda, quita el cinturón y presiona tus manos en el piso por detrás de ti mientras ruedas hacia abajo con control. Mientras tu columna desciende debes elevar la barbilla lejos del pecho y mantener la cabeza en el piso para mantener la longitud y la relajación del cuello.