Existen diversos sistemas florales, fue el Doctor Edward Bach quien, en Inglaterra, en 1930, sería el pionero en elaborar un sistema terapéutico basado en la energía de las flores. Dentro de la naturaleza existe un orden perfecto, donde cada ser tiene una función específica, cada uno tiene su lugar en el universo. El ritmo de vida de las grandes ciudades nos ha ido alejando poco a poco de la naturaleza, propiciando el desequilibrio en el ser humano, es ahí donde la Terapia Floral puede usarse como una herramienta para restablecer el orden y promover la armonía de los seres vivos (ya que la terapia floral ha demostrado efectos positivos en seres humanos, plantas y animales).
Las Flores de Bach son esencias que contienen la vibración de flores o plantas que actúan por resonancia, armonizando nuestro campo magnético; después de ser ingeridas. Cuando la energía de nuestro cuerpo entra en contacto con esa vibración proveniente de la naturaleza, de una forma sutil, nuestro ser se va armonizando.
La visión del terapeuta floral dista de aquéllos esquemas donde importa más el diagnóstico que el enfermo y donde la enfermedad y la supresión de síntomas ocupan el primer plano.
En la Terapia Floral el enfermo es el protagonista y responsable de su proceso personal, la enfermedad es solo una luz roja que nos indica que el orden se perdió. Las esencias florales no combaten la enfermedad, sino que actúan sobre la causa que origina los síntomas del enfermo. Son “consciencia líquida” que, de forma natural y sin efectos secundarios, facilitarán procesos de transformación interior restaurando el equilibrio.