Para la salud de tu columna vertebral existen dos palabras mágicas: Elevar y Alargar. Nunca son suficientes, así las escuches en todas y cada una de tus clases de Yoga, siempre habrá que descubrir, a través de estas dos palabras, un viaje interminable hacia tu columna vertebral, que definitivamente es el fundamento y guía del Yoga, sólo así te puedes ir a capas más internas.
Gracias a dicha elevación y alargamiento es que vas:
-Creando espacio entre vértebra y vértebra
-Creando flexibilidad hacia delante y hacia atrás
En realidad, los motivos por los que de pronto “duele” la columna vertebral, los hemos creado nosotros mismos, por vida sedentaria, por mala postura, incluso por pasar mucho tiempo sentado en una silla de oficina pues esto hace que diferentes grupos musculares se acorten.
La columna vertebral se divide en tres partes: lumbar, dorsal y cervical. La mayoría de los padecimientos se encuentran en la región lumbar, quizá porque es la zona más flexible de la columna, por lo tanto se recomienda mucho abrir esa zona, con cinturones para estirar, bolsters debajo de rodillas, o cobija debajo de lumbares. También es importante fortalecer los músculos del abdomen, pues fungen como cinturón de seguridad para tus vértebras lumbares. La parte más rígida es la columna dorsal, esta se recomienda trabajarla a través de una práctica que utilice bolsters, bloques o cobijas, para incidir directamente en esa zona. Y, por último, las vértebras cervicales que, cuando han sufrido rectificación, también deben ser correctamente trabajadas, preveniendo ciertas posturas que puedan rectificarla aún más.
Padecimientos como la escoliosis, que es una desviación lateral y una deformidad rotatoria de la columna, encuentran en el Yoga enormes beneficios. Las torsiones, las extensiones hacia atrás y las flexiones hacia delante contraen y estiran los músculos de la espalda, ayudando también a equilibrar la longitud de las extremidades.
Con la práctica de asanas tu postura mejora, te sientes más derecho, más alto, el cuerpo se elonga de manera estética, Claudia una de mis alumnas se hizo una prueba de densitometría ósea, y pudo comprobar luego de una práctica disciplinada y constante de yoga de aproximadamente tres años, que aumentó 2 cm de estatura, debido a la creación de espacio interverbral y a la mejora en su postura; además, padecía un dolor del ciático que le había quedado después de sus dos embarazos, y a raíz de la práctica había desaparecido por completo.
No olvidemos además, que la creación de tantas posturas, en realidad fue para poder sostener la columna elevada durante largos tiempos de Meditación, el fin último del Yoga, citando al maestro Desikachar, Yoga es “Atar juntos los filamentos de la mente”. Aquí es donde entra la tercer palabra mágica Alineación que sirve para:
1. Prevenir y salir de lesiones
2. Crear rutas claras para que tu energía fluya de verdad.
3. Recolocar el campo energético de tu sistema nervioso a lo largo de tus vértebras
La columna, pareciera pleonasmo, es la columna vertebral del Yoga, dentro de ella pasa la médula espinal y un montón de ramificaciones nerviosas que discurren a su alrededor, resultando por lo tanto, en sostén y protección de estos elementos líquidos y eléctricos tan sutiles como delicados. Desde el sacro enraizado hacia la tierra, hasta el atlas, tu primer vértebra cervical, que es la que sostiene nuestra cabeza elevada hacia el cielo, viajan todas esas ramificaciones nerviosas que nos conectan e interconectan con nuestro Yo Superior. Por eso es que, es el pilar del Yoga, es su eje de trabajo, por donde sube la energía kundalini, la energía de la iluminación, y del verdadero despertar.