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Yoga para la flexibilidad

El tema de la flexibilidad es profundamente interesante y puede ser visto desde varias perspectivas. La perspectiva física y la perspectiva mental.

Reflexionemos sobre la parte física. He escuchado a varios maestros decir que el yoga es una práctica para “aprender a envejecer con gracia.” Y detrás de esto, hay una gran sabiduría. Recuerdo que una vez mi maestro le dijo a una alumna que retomara la práctica de yoga para recuperar su estado de salud. La alumna, una mujer de 76 años le contesto, “pero ahora para qué, si de todos modos eventualmente me voy a morir.” Ante esto, mi maestro le contesto, “efectivamente, pero hay muchas formas de ir a través del proceso.” Conforme pasa la vida, nos movemos menos y esto hace que nuestro cuerpo y nuestras articulaciones se vuelvan rígidas. Mira la flexibilidad de un bebé y mira a esa persona 50 años después y verás que si no ha practicado alguna herramienta para practicar el ser flexible, su cuerpo se volverá muy rígido. No es necesario prácticar muchas horas para lograrlo, hay estiramientos básicos que practicados cotidianamente, pueden ayudarte en el proces.

Sobre la flexibilidad mental hay mucho que decir. Nosotros queremos ser libres, tolerantes, felices y pacientes y para esto, la flexibilidad mental es fundamental. La practica de yoga no solo se realiza en un nivel físico, sino también en un nivel mental. Tengamos apertura y practiquemos el arte de sorprendernos ante las cosas que hacemos en el día a día, quizás tomando una ruta diferente para ir a nuestro trabajo, pidiendo algo diferente del menú del restaurante a lo que siempre pedimos, yéndo a lugares que no conocemos y explorando el adaptarnos ante situaciones que nos reten en la vida. Ojalá que disfrutes de esta rutina de yoga. Namasté.

RUTINA DE YOGA.

Si le preguntas a las personas por qué hacen ejercicio, muchas dirán que para mantenerse saludables, en forma o porque se sienten bien. No muchas mencionarán la flexibilidad, pero la flexibilidad es una parte clave para mantener tu salud y evitar lesiones, especialmente a medida que envejecemos. El estiramiento que hacemos en el yoga es una muy buena forma de mejorar nuestra flexibilidad. Es un error común pensar que hay que ser flexible para hacer yoga. De hecho, es todo lo contrario: hacer yoga con regularidad es una forma segura de llegar a ser más flexible. Si te animas y quieres trabajar tu flexibilidad he aquí algunas poses dirigidas a los principales grupos de músculos que tienden a hacerse rígidos por estar sentado por largos períodos de tiempo o incluso se hacen rígidos por otros tipos de ejercicios, como correr, hacer pesas etc. Quedarse en las poses por varios minutos es la manera de conseguir un estiramiento profundo. Así es que: ¡a trabajar nuestra flexibilidad!

1. Uttanasana: Párate con los pies separados al ancho de tus caderas, inhala, estira los brazos hacia arriba y exhala doblando tu torso hacia delante desde la cadera, no desde la espalda, alarga el torso frontal a medida que vas bajando. Cruza los antebrazos, tómate de los codos. Sostén 8 respiraciones por lo menos. Tip: Flexiona las rodillas para profundizar.

2. Perro mirando hacia abajo: Comienza con manos y rodillas en el piso. Las rodillas separadas al ancho de las caderas y tus muñecas debajo de los hombros en línea. Eleva tus rodillas llevando la pelvis hacia atrás, estira los brazos y relaja la cabeza. Tip: Si sientes mucha rigidez mantén flexionadas ligeramente las rodillas para acercar más el pecho.

3. Virabhadrasana II: Desde la posición anterior da un paso y apoya el pie de atrás a 90 grados con el torso en línea con tu pelvis. Tu pantorrilla debe hacer una recta sobre el pie. Extiende ambos brazos hacia los lados con las palmas hacia abajo. Cambia de pierna. Tip: Cuida que tu rodilla doblada este alineada con tu pie.

4. Pavanamuktasana: Acuéstate boca arriba. Toma la rodilla derecha y abrázala hacia tu pecho con la espalda y el cuello rectos en el piso. 5 respiraciones. Después lleva la frente a la rodilla, 5 respiraciones mas. Al volver apoya la cabeza al piso, estira la pierna y bájala lentamente. Repite con la pierna izquierda y luego con las dos piernas al mismo tiempo.

Tip: Relaja los hombros.

5. Setu Bandha Sarvangasana: Acuéstate bocarriba, los brazos a los lados, apoya los pies separados al ancho de las caderas, cerca de los glúteos. Inhala, eleva las caderas tanto como puedas. Exhala. Si puedes entrelaza los dedos. Sostén. Regresa lentamente, apoyando la columna vértebra por vértebra. Tip: Relaja los glúteos para liberar la espalda.

6. Postura del niño: Arrodíllate en el piso. Junta los dedos gordos y siéntate en los talones, separa las rodillas al ancho de tus caderas. Exhala mientras bajas el torso hacia el piso entre tus muslos. Pon las manos con las palmas hacia arriba en el piso junto a tu torso. Tip: Deja descansar la frente en el piso o si no llegas, en una cobija o un libro.

7. Parsvottanasana: De pie, separa un metro las piernas con los pies paralelos, toma tus codos detrás de la espalda, gira el pie de atrás a 45° y el pie de en frente en línea con la rodilla, gira el tronco hacia la pierna de en frente, inclínate sobre la pierna derecha. Después cambia de pierna. Tip: Si no llega el abdomen a tu muslo dobla un poco la rodilla.

8. Halasana: Acuéstate boca arriba, levanta las piernas verticalmente, acerca los muslos hacia el abdomen, flexiona las rodillas hacia el rostro por unas respiraciones, después si puedes estira las piernas, pon las puntas de los pies al suelo, extiende los brazos atrás, y si puedes entrelaza dedos. Tip: Pon mantas bajo tus hombros para liberar el cuello.

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