Antes y después de cualquier competencia, es posible que tengas diferentes estados de ánimo y que no tengas muy claro como manejar. Temor, ansiedad, insomnio, nerviosismo, agotamiento o frustración y enojo, son tan solo algunos de ellos.
El yoga, disciplina ancestral de India, te ofrece varias alternativas para que aprendas a controlar dichos estados de ánimo. Te invito a ponerlos en práctica.
Respiración para reducir la ansiedad, el nerviosismo y el insomnio.
En los momentos en los que te encuentres muy acelerado o preocupado y necesites calma o conciliar el sueño, practica la siguiente respiración. Siéntate con la espalda recta, relaja los hombros y pon la mano derecha como una antena, de forma vertical. Con el dedo pulgar tapa la fosa nasal derecha. Inhala a través de la fosa nasal izquierda y cuenta cinco tiempos. No saques el aire por tres tiempos y deja salir el aire muy lentamente en cinco tiempos. Repite está secuencia 10 veces y luego te sentirás tranquilo y relajado.
Respiración para tener mayor energía.
Siéntate en una postura cómoda. Ya sea con las piernas cruzadas o sobre una silla y con la espalda recta.
Mantén la cabeza y la espalda derecha, cierra los ojos y relaja todo tu cuerpo.
Inhala y exhala poderosamente por la nariz y sigue respirando 10 inhalaciones y exhalaciones continuas. Cuando inhales el diafragma desciende y el abdomen se expande; cuando exhales, el diafragma sube y el abdomen se contrae. Deberás de exagerar este movimiento del diafragma un poco. Al terminar las diez respiraciones inhala profundo, suspende la respiración 5 segundos y exhala muy lentamente. Esto es una ronda. Repite 5 veces más.
Contraindicaciones. No practiques está respiración si padeces de presión alta, enfermedades del corazón, hernia, epilepsia o úlcera gástrica.
Beneficios. Está práctica limpia y purifica las toxinas del organismo y masajea las vísceras tonificando el sistema digestivo. Es muy recomendada también para aquellas que sufren de problemas en los pulmones o asma. Fortalece el sistema nervioso.
Respiración para refrescarte y para reducir el enojo.
Está respiración te ayudará a refrescar el cuerpo y las emociones.
Simplemente siéntate sobre una silla con la espalda recta y descansa las manos en las rodillas. Has la lengua taquito o si te cuesta trabajo pon la boca en forma de “o”. Ahora inhala a través de la boca lentamente, has una pausa de 3 segundos y lentamente exhala por la nariz. Repite de 5 a 10 veces. Te sentirás de maravilla.
Respiración anti-depresión.
Para practicarla siéntate sobre una silla o con las piernas cruzadas. Lo importante es que tu columna vertebral se encuentre derecha para que puedas hacer la respiración más profunda y alinearte energéticamente.
Ahora estira tus brazos y pon las manos sobre las rodillas. Junta el dedo pulgar con el dedo índice y estira el resto de los dedos. Cierra los ojos. Observa por un momento el flujo natural de tu respiración. Pon tu atención en la zona del entrecejo. Después de unos momentos, inhala expandiendo tu abdomen en 8 tiempos, retén la respiración por 8 tiempos y muy lentamente saca el aire en 8 tiempos. Continua por 11 minutos y después descansa sobre tu espalda. Verás que te sentirás muy tranquila y estable. Poco a poco cuando aumente la capacidad de tu diafragma, puedes aumentar los tiempos e inhalar, retener y exhalar en 15 o 20 tiempos. Practícala por 40 días.
Respiración para fortalecer el sistema inmunológico.
Comienza sentada sobre una silla o con las piernas cruzadas, apoya tus manos sobre las rodillas. Por unos momentos inhala y exhala con suavidad por la nariz. Después saca la lengua lo más afuera que te sea posible. Comienza a inhalar y a exhalar rápidamente por la boca bombeando el punto del ombligo. Es importante que en la exhalación se expanda el ombligo y en la inhalación se hunda hacia la columna vertebral. Sigue 50 respiraciones, inhala, reten el aire dentro 5 segundos, exhala lento y relájate.